El 29 de septiembre del 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador diría en su mañanera que si las feministas buscaban la transformación había que luchar por la justicia y no siendo unas rebeldes sin causa. Asimismo, sostuvo que el tema del feminismo y las manifestaciones empataban con su gobierno lo que representaba la poca autenticidad del movimiento; politizó una causa y una lucha de más de 300 años.
La criminalización del movimiento no es un acto nuevo, por el contrario, corresponde a una lógica patriarcal donde la mujer se apropia de las calles y levanta la voz incómoda al Estado. Es así, que el feminismo se ha puesto en la misma balanza que grupos guerrilleros y desemboca en que se desacredite el movimiento e incluso, genere un rechazo social generalizado. En entrevista para La Cadera de Eva, Nelly Lara, académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) señala lo siguiente.
"El feminismo siempre se ha comparado con agrupaciones guerrilleras, esta comparación es una manera de ejecutar la violencia institucional, al colocar a las feministas junto con los movimientos guerrilleros se le quita legitimidad, lo que se genera es la construcción de un adversario que atenta contra el orden social, en lugar que empátase con el feminismo, tiene una intencionalidad que va desarticulando distantes maneras, termina siendo esto que vemos, si son subversivas, entonces son malas, son personas que están operando sin razón, genera el lado opuesto, desde la institución, se le constituye como un adversario de la sociedad."
Los pronunciamientos del presidente constituyen una parte importante para entender la relación del feminismo con el estado. En este contexto, surge una cuestión aún más preocupante, más allá de la criminalización, el espionaje militar se convierte en un arma de control.
Direcciones, numero de celular, nombre completo, documentos y fotografías, toda esta información personal de mujeres feministas la posee la Sedena, pero, ¿por qué las colectivas y activistas son espiadas?, ¿esto es algo exclusivo del sexenio de AMLO?, la respuesta a estas interrogantes las tiene Lo que no callaron las olas.
¿Qué es la alianza "Lo que no callaron las olas"?
En un contexto donde el espionaje y la criminalización de grupos feministas es bien sabido y confirmado a raíz de la filtración de datos de la SEDENA, Guacamaya Leaks, la herramienta más fuerte de la ciudadanía para combatir y visibilizar esta violación a la privacidad es la información misma.
Lo que no callaron las olas surge de este escenario y se conforma entre varias organizaciones que han dado origen a una alianza que, a través del trabajo periodístico, revela las maneras en que el Gobierno de México en conjunto con empresas de Social Media, ejercen el espionaje, es decir, recaban información de las redes sociales y se acercan de manera sigilosa a través de los dispositivos a activistas, especialmente, a mujeres feministas.
Esta alianza analizó más de 240 pruebas de fuentes institucionales y se realizaron entrevistas a 9 mujeres feministas y a personas de la diversidad sexual para entender de primera mano la experiencia y la perspectiva de vivirse en un contexto de espionaje.
El trabajo de recoger información, entrevistas y documentar se convierte en el estandarte para hablar en voz alta y proliferar un mensaje fuerte que no puede continuar postergándose: el estado mexicano espía a las mujeres feministas.
“A todas las mujeres que soñaron con mejorar el país, tomaron las calles, cuidaron nuestras comunidades y que, sabiéndolo o no, fueron víctimas de un Estado represor que continúa con la insostenible estrategia de verter nuestros escasos recursos en tácticas intimidatorias y criminales.” ("Lo que no callaron las olas")
¿Por qué el ejército espía a feministas?
“Su nombre es Ana X, nacida en el 2003, domicilio, correo electrónico, cursa su educación en el bachillerato número X, cuenta con perfil privado en redes sociales, las cuentas con las que más interactúa son las siguientes, su número está registrado bajo el nombre de X, se presume es su padre, tiene intereses en la fotografía y el maquillaje, publicó fotos de su participación en la marcha del 8 de marzo del 2022. Fotografías de su casa, número de cámara cercano a su casa, fotos del rostro y fotos de cuerpo completo”, como esta información, se recaba cientos de documentos de mujeres, algunas de ellas, menores de edad (16 años).
Entender el porqué el Estado mexicano espía a las mujeres feministas puede parecer inexplicable, ninguna de las autoridades se pronunció luego de la filtración del Guacamaya Leaks, sin embargo, el hecho trasciende cuando se encuentra que uno de los documentos filtrados llamado “Grupos con piosbilidad de perpetrar un acto de interferencia ilícita”, coloca en segundo lugar al colectivo feminista, sólo por debajo de Al Qaeda y por encima de Carteles del crimen organizado como el de Jalisco Nueva Generación o los Caballeros Templarios.
“El estado mexicano ha erogado del mismo erario recursos para investigar, perseguir y espiar a grupos feministas que según el presidente han intentado afectar su gobierno. Nadie dentro del aparato del Estado explica cuál es la utilidad real de esta persecución” (Ricardo Balderas, lo que no callaron las olas)
¿El espionaje de las feministas es algo exclusivo de este sexenio?
El espionaje a feministas es una práctica que viene desde hace décadas; casi medio siglo obteniendo fichas informativas y perfiles de mujeres.
En un mapeo informativo, se encuentra que desde 1974 cuando la colectiva a favor del aborto La Coalición de Mujeres Feministas se manifestaba, el estado generaba fichas de su información personal, dónde estudiaban, qué hacían, en dónde se reunían, con quiénes vivían y dónde vivían.
En el gobierno de Luis Echeverría, explica el artículo del portal PODER partícipe de la alianza lo que no callaron las olas, se creó el operativo La Brigada Blanca fundado por el Partido de Revolución Institucional (PRI), el cual tenía por objetivo mantener vigilados a todos los grupos que representaran una amenaza para el orden social, aquellos colectivos de izquierda o comunistas.
En un acto de espionaje estatal que operaba de la mano de las instituciones de seguridad nacional, se obtuvieron miles datos de familiares, integrantes y amigos de los grupos que consideraba amenazantes para su gobierno.
A medio siglo del proyecto terrorista de espionaje civil Brigada Blanca, el presidente Andrés Manuel López Obrados indicó el primero de diciembre del 2018 que en su gobierno, jamás existiría el espionaje a opositores ni a ciudadanos, todo esto durante su posesión en el Zócalo de la Ciudad de México.
Ahora, tras la filtración de datos de la Sedena y el trabajo exhaustivo de los periodistas que luchan por la verdad, es imposible no cuestionarse si realmente la llamada Brigada Blanca alguna vez concluyó.