El 21 de diciembre de 2010 la Asamblea General de Naciones Unidas, declaró el 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas para así visibilizar y nombrar a las personas que han sido víctimas de desaparición forzada; este día se exige justicia por las mujeres víctimas de feminicidio, por quienes han decidido defender sus territorios y personas migrantes quienes han quedado reducidas a una carpeta de investigación inconclusa.
Al 17 de mayo del año 2022, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas señaló que hay más de 100 mil personas en México en esta situación. Cada persona desparecida se ha convertido en una cifra más, la indiferencia ante la ausencia de todas estas personas ha traído desesperación y frustración para las y los familiares de quienes, al día de hoy, se han convertido en tan sólo un recuerdo.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), considera a las personas desaparecidas y no localizadas en todo el país desde el 15 de marzo de 1964. De acuerdo con esta contabilización, 88 mil 598 permanecen con el estatus de desaparecidas, es decir, cuando se presume que este hecho está definitivamente relacionado con la comisión de un delito, y 11 mil 394 con el de no localizadas.
Las cifras de RNPDNO abruman a las y los familiares de quienes han tenido que lidiar con la burocracia para lograr, por lo menos, encontrar los restos de las personas desaparecidas y debido a la ineficacia de las autoridades son las propias familias quienes han tenido que unir esfuerzos para localizar osamentas sin nombre en donde cada quien guarda la esperanza de que no sea el hueso de su hijo, su madre o su sobrina.
El Comité contra la Desaparición Forzadas de la ONU (CED) apunta que entre 2006 y 2021 se produjo un crecimiento exponencial de las desapariciones en el país, pues un porcentaje superior al 98% tuvo lugar en ese periodo.
Estos datos evidencian la estrecha relación entre el incremento de las desapariciones y el inicio de la llamada ‘guerra contra el narcotráfico’, que se produjo durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), durante el que se puso en práctica una política caracterizada por el despliegue de las Fuerzas Armadas para cumplir funciones de seguridad pública, que se mantuvo e incluso se ha agudizado en los siguientes sexenios, dice el informe de su última visita a México, entre el 15 y el 26 de noviembre de 2021.
Familiares que buscan familiares
Bajo los rayos del sol o las lluvias inesperadas, las y los familiares de los desaparecidos han creado una red de apoyo autogestiva que se ha dedicado a mapear distintos sitios con el fin de encontrar restos óseos que ayuden a esclarecer los casos de desaparición a lo largo del país.
Desde 2016, la Brigada Nacional de Búsqueda ha sido conformada por “familiares de personas desaparecidas que buscando a nuestros seres queridos nos encontramos y conjuntamos esfuerzos con el fin de fortalecer los procesos de búsqueda a nivel nacional”, describe su página web.
Gracias a esta red de apoyo, la Brigada ha logrado perfeccionar habilidades para la obtención de información y la búsqueda en campo de personas desaparecidas y a partir de ahí han creado la Brigada Nacional de Búsqueda para colectivizar su conocimiento y ponerlo a la disposición de otras familias de personas desaparecidas, intercambiando experiencias y conocimientos técnicos para poder fortalecer los procesos de consolidación de grupos de búsqueda locales, afirman los familiares.
A lo largo de distintos estados como Guerrero, Sinaloa, Coahuila, Chihuahua, Morelos y Veracruz, entre otros, las y los familiares, desesperados por la incertidumbre de años al tratar de confiar en las habilidades gubernamentales, decidieron unir sus esfuerzos para buscar a sus seres queridos en compañía de organizaciones civiles sin fines de lucro.