Mediante redes sociales, alumnas del Colegio de Bachilleres (Cobach) en Sonora denunciaron un chat en el que sus compañeros las sexualizaban y compartían fotos no autorizadas de ellas ridiculizándolas. Ante esta situación, madres, padres y personas cuidadoras presentaron una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado el pasado 21 de febrero y las autoridades ya iniciaron una carpeta de investigación por este caso.

A través de X, las alumnas narraron que el 14 de febrero uno de sus compañeros se acercó para informarles la situación: “se acercó a nosotras y nos comentó que los ‘hombres’ de nuestro salón tenían un grupo donde hablaban de TODAS o la gran mayoría de niñas de maneras denigrantes y sexualizadas”. Una alumna se acercó con uno de ellos para enfrentarlo: “simplemente se quedó callado y le aviso a los demás que borrarán todo”, narra el texto. 

Más tarde, el 16 de febrero, las alumnas denunciaron irregularidades en el seguimiento del caso por parte de la institución escolar: “Cuando llegamos al plantel los mandaron hacia auditorio, lo que les dijeron fue ‘borren los chats, borren todo’, sacaron a los inocentes y a los acosadores los dejaron dentro para protegerlos y que no les hicieran nada. Además nos dijeron que no podían ponerse del lado de ninguno porque ‘son mediadores’ ”.

Por su parte, el Cobach Sonora, a través de su cuenta de X, compartió que le está dando seguimiento a la denuncia y que el Comité de Valoración se encuentra revisando los acontecimientos. También comentan que cuentan con un protocolo de acción establecido para este tipo de situaciones e invitan al estudiantado a interponer sus quejas o denuncias cuando vivan algún tipo de violencia.

Casos como este no son un hecho aislado y nos plantean cuestionarnos ¿qué está sucediendo en nuestra sociedad para que adolescentes y jóvenes adopten actitudes violentas hacia sus compañeras? Nos acercamos con Mónica Yerena de la asociación Educando en los Derechos y la Solidaridad (Educadys), para dialogar sobre ese aspecto y también nos compartió cuáles son los lineamientos que las autoridades educativas deberían seguir para prevenir y atender estos incidentes. 

Crecer en una sociedad machista

Mónica Yerena comparte que una de las razones principales por las cuales los hombres jóvenes y adolescentes incurren en acoso sexual es la socialización, crecen y se desarrollan en sociedades machistas, “donde a las mujeres somos observadas y tratadas como objeto, no se nos reconocer nuestra condición de persona y los adolescentes reproducen esos comportamientos”, comenta.

También nos explica que estas agresiones ocurren en contextos donde no existe educación sexual integral que transforme esas dinámicas y ayude a deconstruir las violencias normalizadas. Actualmente no hay cifras oficiales públicas de cuántas alumnas y alumnos reciben educación integral en sexualidad la cual, es importante mencionar, va mucho más allá de enlistar métodos anticonceptivos. Ésta también debe abarcar temas de género y, en este caso, el reconocimiento de los tipos de violencia. Y, aunque debería ser responsabilidad de las instituciones y planes educativos, este trabajo suele ser realizado por organizaciones de la sociedad civil.

¿Qué están haciendo las autoridades ante la violencia escolar? 

En agosto del 2023, la SEP publicó el Protocolo para la convivencia armónica del estudiantado en los planteles federales de educación Media Superior como una guía para los centros educativos con la que puedan generar ambientes que propicien la convivencia pacífica entre las y los estudiantes e integrantes de la comunidad educativa. Mónica Yerena nos dice que a partir de este documento cada escuela tiene la obligación de generar sus propios protocolos.

El Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora no tiene disponible de manera pública un protocolo particular, en su lugar, en su página web, se muestra el contacto de la Unidad de Perspectiva e Igualdad de Género (UPIG) que atiende quejas por acoso sexual u hostigamiento sexual en esta comunidad escolar. 

Por otra parte “ las y los docentes, así como el personal escolar, una vez al año tienen que recibir sesiones de sensibilización que les proporcionen herramientas para saber cómo detectar y atender situaciones de violencia”, comparte Mónica Yerena.

Concientización y prevención 

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Mónica Yerena relata que sensibilizar al personal administrativo y docente en los planteles escolares es todo un reto. “Todavía, desde Educadys, observamos que hay muchos contextos educativos donde los profesores consideran que lo que ocurre fuera de la escuela, no es problema de la escuela, les cuesta identificar que independientemente del escenario donde ocurren las violencias, puede tratarse de nuestras y nuestros estudiantes”, comparte Yerena. 

Esto ha dificultado que las y los docentes dejen de normalizar diversidad de violencias y, además, abandonen una postura adultocéntrica, “les cuesta trabajo mirar a sus alumnas y alumnos como personas que tienen necesidades específicas y voz propia”, explica Mónica. 

Además agrega que no solo deben existir sanciones para los alumnos que incurran en actos de violencia, si no que debe existir una intervención y acompañamiento que les ayude a comprender por qué esos actos son nocivos para sus compañeras y para ellos mismos.