Conocí a Sandra Cendal, editora de Continta me Tienes, allá por el 2014  en un bar queer de Berlín. Recuerdo que de las primeras cosas que me dijo fue que era editora. Desde entonces se ha convertido en una persona imprescindible para mí, no solo en mi red afectiva más cercana, sino como referente editorial.

Ella y su socia Marina Beloki, tienen la valentía de seguir apostando por ser una editorial independiente, disidente y transfeminista en los tiempos que corren. Esta especie de locura post pandémica en la que los discursos de odio contra el colectivo trans* y los transfeminismos están siendo especialmente virulentos y la cultura de la cancelación se expande por las redes como una amenaza que, si no estás en los círculos de poder, condiciona todo tu hacer. 

En el catálogo de Continta me Tienes hay una serie de libros que llaman la atención, tanto por el diseño de las portadas, como por la (h) antes de la palabra amor, “los amores con h” le llaman las lectoras. Son libros de cabecera, de esos que siempre tienes a mano, ya sea la colección completa o por separado y a los que se puede volver una y otra vez.

Sobre los (h)amores hablamos con Sandra Cendal, sobre las lecturas como argumento contra los discursos de odio y sobre el arte de improvisar y que salga bien.

En un contexto de inestabilidad vital, inseguridad económica y con lo precarizado que está el mundo de la cultura, ¿por qué formar una editorial?

Porque no lo pensamos. No hubo una reflexión, ni un plan de negocios. En el 2008, estábamos en un momento especialmente complicado en España, una crisis económica fortísima. El panorama para quienes entonces éramos gente jóven, mujeres, era bastante desolador. Fue un momento en que todo se estaba cayendo a cachos, incluido el estado del bienestar, entonces, Marina Beloki y yo nos juntamos en un primer experimento para hacer un libro. Ese libro salió bien y a partir de ahí el dinero que salió de ese libro sirvió para financiar el siguiente y así seguimos.

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¿Por qué una editorial?

Porque era lo que sabíamos hacer. Es decir, dentro de que no sabíamos hacer nada, porque sales de carreras de letras con muy pocos aprendizajes prácticos, lo que teníamos claro era que éramos grandísimas lectoras ambas. Marina había tenido cierta relación con la edición y todo lo demás ha sido completamente autodidáctica. Ninguna ha tenido ningún familiar, ni relación directa con alguien que se dedicase al mundo editorial, ha sido lo que hemos ido aprendiendo solas todo el tiempo.

¿En algún momento se plantea Continta me tienes como un proyecto con implicaciones políticas o activistas de algún tipo?

Mucho tiempo después. De alguna manera hay cierto lenguaje que las personas que no venimos del activismo de base no manejamos, lo hemos aprehendido  hasta que nos hemos hecho bastante mayores. Sí, íbamos a las manifestaciones pero desde un lugar absolutamente despolitizado en el sentido de toma de consciencia. De la misma manera que hacíamos los libros. Claro que los libros tenían una ideología detrás clarísima desde el primer momento. Yo creo que algo que salva mucho a Continta es la coherencia editorial y la coherencia ideológica que hay detrás, pero no ha sido consciente. Fueron las otras quienes nos leyeron políticamente. Como ha pasado tantas otras veces cuando han sido las otras las que nos han puesto los adjetivos.

A día de hoy ¿Continta se considera una editorial transfeminista?

Continta es una editorial transfeminista queer, sí. No hay otro espectro político en el que nos movamos, está clarísimo. A Continta lo que se le da fatal es posicionarse porque a nosotras mismas siempre nos ha dado como una especie de pudor hacer uso de ciertos eslóganes o siglas, nos parece una instrumentalización que poco tiene que ver con nosotras. A dia de hoy somos dos bolleras/lenchas cis, y toda la red de colaboradoras que tenemos están en el mismo espectro político que nosotras.

¿Cuál es la importancia que tienen espacios editoriales propios en la comunidad queer, quiero decir publicaciones, librerías, editoriales?

Hay algo que vengo pensando mucho últimamente, sola y con otras, y es que no debemos dejar de entender que Continta me Tienes es una empresa, tiene ánimo de lucro y, tanto Marina como yo hemos luchado mucho para poder vivir de nuestro trabajo, cosa que ha pasado hace dos días, literalmente. Nosotras no podemos suplir ni lo que la calle hace, ni a lo que los movimientos sociales están realmente pudiendo dar respuesta, ni por supuesto todo lo que las políticas públicas y las instituciones no hacen y deberían hacer. Nos sentimos muy halagadas cuando nuestro catálogo es usado por determinadas activistas o movimientos para sus propias luchas, luchas que por supuesto nos atraviesan personalmente a cada una, pero no podemos pensar que somos una editorial activista porque eso no existe. Una editorial o una librería es una empresa, es una falacia tratar de crear figuras referenciales dentro del activismo cuando su tarea implica ánimo de lucro.

Hay una frase que escucho mucho a Sandra Cendal: “contra su odio nuestras lecturas”, ¿de dónde viene la frase?

Pues esta frase viene del confinamiento, cuando la cosa se puso muy dura en relación al tema trans*. Estando en casa un día y teniendo una conversación en un grupo de lectura en el que participo: “Las entusiastas”, la única argumentación de peso que tenía para darles eran los libros, lo que yo leía y a las personas trans que yo estaba escuchando y de quienes estaba tratando de aprender, porque si bien es cierto que son opresiones que no nos atraviesan directamente, sí son contextuales, están ahí. Son nuestras propias luchas, aunque debemos tener claro que no podemos hablar por esas personas. Así fue como surgió, pensando que lo único que podemos contraponer a tanto odio, en las redes y en las calles son las lecturas. Las voces de las personas trans que tendríamos que escuchar por encima de todo lo demás.

Háblame de la serie (h)amor, ¿cómo surge?

De un descarte, un error, un fracaso, que es como surgen las buenas ideas. Yo quería hacer un gran libro sobre los cuidados, un proyecto muy ambicioso para el que en aquel entonces no me veía preparada. Toda la investigación para este libro y en torno a los cuidados me llevaba al amor. Creo que gran parte de los cuidados está muy atravesada por el amor. Y desde la imposibilidad de hacer el gran libro de los cuidados llegué al pequeño libro del (h)amor. Surge con la idea de reunir a las voces que en ese momento estaban pensando formas de relacionarse sexoafectivamente que se salieran de lo que era la heteronorma.

¿Por qué la (h)?

La (h) tiene un carácter absolutamente ético y estético fundamental. El paréntesis es toda la educación postmoderna que hemos recibido, por suerte y sobre todo por desgracia. Y es una manera de desacralizar el “Amor” con mayúscula y darle un contenido más en minúscula, que es donde estamos las minorías. Es donde no están ni los nombres propios ni las herencias. Donde no hay guiones preestablecidos, ni nombres compuestos.

 

Háblame un poco de las portadas de la serie

Las portadas del (h)amor surgen del amor. En aquél momento yo tenía una relación con quien era mi diseñadora de cabecera, que sigue siéndolo, Marta Azparren, y fue muy bonito porque coincidió en tiempos. Le conté la idea y fue ella quien me presentó el boceto. Dije sí inmediatamente. A partir de ahí ella ha ido jugando con el círculo central que se desdibuja y adquiere diferentes formas y con los colores dependiendo de la temática del (h)amor.

Desde el (h)amor1 a día de hoy cómo han cambiado. ¿Crees que siguen vigentes los textos, crees que otros se han quedado antiguos?

Creo que es muy bonito ver que las transformaciones se dan también en el lenguaje y cómo incluso la forma en la que nosotras mismas hablábamos de las relaciones en el (h)amor1 (2015), ha cambiado radicalmente. Por ejemplo, lo que antes entendíamos como poliamor ahora hemos preferido llamarlo no-monogamias y además lo hemos hecho plural. Así mismo, los feminismos han ido atravesando de forma esencial todas las relaciones sexoafectivas y hoy es imposible leer los últimos (h)amores fuera de la óptica transfeminista. No creo que ningún texto haya caducado, porque la idea era justamente que tuvieran cierta pervivencia, pero sí que creo que el lenguaje se nos queda un poco antiguo en determinadas ocasiones y eso a la vez es bonito.

La mayoría de las autoras delos (h)amores son disidentes de sexo, de género o de cuerpo, ¿ha sido esta una decisión deliberada?

En el primer (h)amor e incluso en el segundo surge de manera espontánea, pero sin tener ninguna pretensión demasiado evidente en que fuera así y a partir de ahí no es que lo busquemos, es que está. El amor se está buscando y planteando desde las diversidades. Para mí al menos las perspectivas y los pensamientos que más me interesan vienen desde las disidencias. No hay nada de impostado, es que es muy fácil encontrar lo interesante en las diversidades.

¿Cómo se piensan los (h)amores? Es decir, habiendo cerrado uno, ¿cómo surge el siguiente?

Cada proceso es distinto. El 2 lo piensas porque el 1 se te ha quedado corto, el 3 porque “Celos y culpas” nos parecía que era un temazo que queríamos poder abarcar, el 4 (propio) fue muy bonito porque es como una reunión de amigas, el 6 (trans) es una idea que surge porque era muy urgente pensar lo trans* en ese momento. El 7 (roto) surge en plena pandemia del COVID porque queremos pensar las rupturas en un momento de colapso vital, emocional y material para muchas de nosotras. El 8 (gordo) surge de una propuesta que me realizas tú misma [Tatiana Romero] de poner sobre la mesa la importancia de abordar el gordo-odio, o gordofobia y el 9 (amigas) que está por salir en febrero de 2024 es un volumen muy demandado. Creemos que el tema de la amistad ahora mismo está super candente y se está tematizando mucho, si a eso sumamos que tenemos a muchas pensadoras y escritoras cercanas que estaban ya dándole vueltas, pues la lista de autoras se hacía casi por sí misma. Esperamos que el resultado guste a las lectoras.

¿Es América Latina un mercado al que Continta quiera llegar?

¡Lo estamos deseando! Ya no es solo que sepamos que hay un público lector en Latinoamérica que está interesado en nuestro catálogo, sino que también tenemos un buen número de autoras latinoamericanas y cada día esa nómina se amplía más. Las dificultades son logísticas. Tienen que ver con el transporte internacional, con las distribuidoras. Tenemos en México por ejemplo, la librería U-Tópicas, o las librerías de El Sotano, en donde normalmente se pueden adquirir nuestros libros, así mismo en algunas librerías de Argentina, pero seguimos trabajando fuerte para llegar y en cuanto vuelvan a reanudarse las ferias internacionales volveremos a llevar todo lo que podamos.

**Una versión anterior de esta entrevista se publicó en la revista-blog. Feminopraxis