Las películas animadas siempre son una apuesta atinada para compartir y recordar el increíble poder transformador que tienen las infancias, por ello, en estas recomendaciones se encuentran a niñas protagonistas que pelean contra seres místicos, buscan su libertad, luchan contra la tiranía y defienden sus ideales por encima de todo.
Estas son algunas películas disponibles en Netflix que seguramente serán inspiración para las infancias y adolescencias, y por qué no, también impulsan el despertar y nos reconectan con nuestra niña interior que no teme a librar luchas y perseguir sus sueños.
Peleando como niña: con fuerza y determinación
1.Breadwinner (2017)
Parvana, una niña que crece en Kabul se enfrentará a un sistema altamente violento que intentará arrebatarle todo, hasta su libertad.
En compañía de su padre, Parvana vende algunas reliquias de su familia para subsistir, hasta que un día, su padre es arrestado y desaparecido por las fuerzas talibanes. Ahora, ella en compañía de su hermana, su madre y su hermano recién nacido deberán sortear las inclemencias del Estado extremista.
La familia atraviesa una crisis: no pueden salir de casa sin la compañía de un hombre, ni siquiera, para ir por agua al pozo. Ante esto, Parvana tomará la decisión de hacerse pasar por un niño, trabajar en una fábrica y lograr llevar el sustento a su familia.
Golpes, violencias, matrimonio forzado, impunidad y abusos son una constante en esta historia, pero también, lo poderoso de la amistad, el amor, la poesía y la familia, son las armas que tomará Parvana para luchar contra la tiranía talibán y encontrar a su padre.
Definir un filme como Breadwinner es doloroso y genera hervor en la sangre lo violento de vivir bajo un régimen extremista, especialmente, para las infancias y mujeres.
La historia de Parvana es una oda a la supervivencia y a la valentía; ¿final feliz?, por supuesto, con una protagonista como ella, el rendirse nunca será opción.
2. El cuento de la princesa Kaguya (2013)
Kaguya, la princesa que nació de un brote de bambú es la protagonista de una de las historias animadas más poderosas y emotivas para ver con infancias.
Un matrimonio de personas mayores que se dedican al corte de bambú encuentran a la pequeña Kaguya en el corazón del carrizo. A partir de aquí, inicia la crianza amorosa, el cuidado y una inquebrantable amistad con todos los niños de la aldea. Con ellos, Kaguya pasará su infancia entre cultivos, bosques y juegos.
La situación comienza a tensarse cuando su padre encuentra joyas y telas lujosas al interior de los carrizos de bambú que corta. Para él, es una señal divina de que Kaguya debe ser tratada como una princesa y dejar de vivir en aquella aldea.
Sin consultarle, Kaguya será llevada a la capital, recluida y obligada a aprender los modales de la aristocracia japonesa, sin embargo, su rebeldía podrá más y su anhelo por volver a la libertad la llevarán al límite, ¿quién escuchará las plegarias de la princesa del bambú?
3. La princesa Mononoke (1997)
Misticismo, demonios, maldiciones y una mujer poderosa criada por lobos que luchará por defender los bosques y a los dioses que lo habitan. Estrenada en 1997, La Princesa Mononoke es uno de los filmes más atemporales que toca cuestiones como la protección del medio ambiente, la explotación y la libertad.
Alejado de todo cliché amoroso o historia principesca, Mononoke, en compañía de Ashitaka, un príncipe alejado del estereotipo romántico, intentarán derrocar a una mujer tirana que hace uso desmedido de los recursos del bosque, en su camino, la animación rozará lo onírico, pues se encontrarán con imponentes dioses e increíbles seres del bosque.
Con una batalla épica, Mononoke, su jauría de lobos, los dioses jabalíes y el dios del bosque lucharán hasta la muerte en contra de la avaricia de las personas que intentan destruir y saquear todo a su paso.
4. Arrietty (2012)
Producida y animada en Japón por Studio Ghibli, esta propuesta disponible en Netflix cuenta con una animación impecable que corrió a cargo de Hiromasa Yonebashi y que sigue las aventuras de Arrietty, una joven de apenas unos centímetros que vive en compañía de sus padres en el sótano de una casa de seres gigantes y temibles.
Ocasionalmente, el padre de Arrietty va a la superficie para robar un cubo de azúcar o algunas migas. En una de estas exploraciones, Arrietty decide acompañarlo y se encontrará con un mundo desconocido que despertará en ella el espíritu aventurero.
A escondidas, comenzará a observar a los gigantes de la superficie hasta que es descubierta por uno de ellos y la vida que conoce da un giro precipitado que la pondrá en una situación complicada donde deberá salvar a su madre y convencer a los gigantes de que los seres diminutos como ella, no son más que un invento de la imaginación humana a través de engaños y precipitados planes.
5. Hilda y el Rey de la Montaña (2021)
De origen británica y estrenada en 2021, esta película animada se llevó tres premios Annie a mejor producción animada, animador sobresaliente y mejor historia. También figuró en los premios Emmy a dirección sobresaliente y conquistó el BAFTA a mejor serie animada 2021.
Como una bomba visual, la película de Hilda apareció en el catálogo de Netflix y sin más, se ha posicionado como una de las promesas más increíbles de animación de los últimos años y es que, sólo basta con ver con los escenarios, lo abrasador de sus historias y el poder del personaje principal para entender el por qué Hilda es un infaltable para un fin de semana con infancias.
Hilda es una niña aventurera, valiente y amante de la naturaleza quien ha crecido en un hogar amoroso a la mitad del bosque en compañía de su madre.
Desarrollado en un mundo lleno de nubes en forma de perros, elfos, gigantes más grandes que montañas, seres míticos y temibles troles que se convierten en piedra durante el día, la historia iniciará cuando Hilda despierta convertida en la hija de una troll y, por primera vez, descubrirá lo que es vivir como uno de los seres más satanizados y temidos por las personas.
Hilda y el rey de la montaña es un filme cálido que sirve de compañía y que nos recuerda el poder que tienen las infancias protagonistas.