Establecer vínculos más sanos con las personas que amamos implica mucha responsabilidad. No es sencillo desaprender las ideas del amor que continúan predominando, sin embargo, cada día son más las personas que se cuestionan sobre lo socialmente establecido referente a los afectos y con ello, buscan ser responsables afectivamente.
Contrario a lo que se podría pensar, la responsabilidad afectiva no sólo aplica para las relaciones románticas, es fundamental para establecer relaciones más sanas con todas las personas que queremos, como son la familia y los amigos.
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Comenzar a ser responsable afectivamente muchas veces implica romper con las ideas hegemónicas del amor y esto puede ser un proceso más complejo y doloroso de lo que parece. ¿Cómo establecer relaciones más sanas? ¿cómo priorizar la responsabilidad afectiva en todos nuestros vínculos? Te contamos sobre acciones básicas que te pueden ayudar:
1. Hablar con claridad de los límites y las necesidades propias
No tengas miedo de sonar “intensa”, para la responsabilidad afectiva es fundamental que se coloquen sobre la mesa los límites y las necesidades de cada persona. Saber qué cosas estoy dispuesta a dar y saber aquellas cosas que se esperan de la relación.
Hablar sobre límites y necesidades también ayuda a que las otras personas se den la oportunidad de hablar con claridad de sus propios límites y necesidades, con lo que es más sencillo crear acuerdos para que todas las partes involucradas se sientan cómodas.
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Puedes ayudarte con preguntas como “¿qué quiero de la relación?”, “¿qué necesito de esta relación?”, “¿Qué me hace bien y qué me hace mal de esta relación?”, “¿cuáles son mis límites y cuáles podrían ser las consecuencias en caso de ser sobrepasados por la otra persona?”.
2. Dialogar con tus propias emociones y aprender a gestionarlas
Pareciera algo obvio, pero lo cierto es que nadie nos enseña a comprender y gestionar nuestras propias emociones. Muchas veces la responsabilidad afectiva comienza en una misma ya que los problemas emocionales que cargamos nos empujan a crear codependencia con nuestros vínculos, ya sea con nuestra familia, nuestras amistades o nuestras parejas.
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Asistir a terapia y priorizar nuestro bienestar emocional también es importante para crear vínculos sanos, y con ello, tener responsabilidad afectiva.
3. Ser empática con una misma y con las otras personas
La empatía es parte principal de la responsabilidad, creer que existen otras formas de amar y de ser responsables con las personas que queremos implica todo un proceso de reflexión y confrontación con las cosas que aprendimos y esto puede llegar a ser profundamente doloroso.
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Hay que tener mucha empatía por una misma y por las demás personas, porque todas y todos tenemos historias de vida diferentes y todos aprendimos a amar de formas diferentes.
4. Comunicar de forma asertiva cuando estamos incómodas o cuando cambiamos de opinión
Bien dicen que es de sabios cambiar de opinión, y es importante tener en cuenta que todo va cambiando durante nuestra vida, incluso la forma en que pensamos. Por eso es importante saber comunicarnos con asertividad cuando algo en la relación ya no nos hace sentir cómodas o cuando queremos hacer modificaciones a los acuerdos de la relación.
No tiene nada de malo decir que algo no te gusta o que algo te lastima, saber comunicar todo aquello que nos incomoda de las otras personas nos ayuda a crear relaciones no solo con más comunicación, sino también con más comprensión.
5. Ver al amor desde una perspectiva de cuidados
Teóricas feministas como Coral Herrera, experta en la crítica al amor romántico, han hecho énfasis en la importancia de ver al amor desde los cuidados. Cuidar de una misma y de la otra persona también es una forma de ser responsable afectivamente.