La violencia siempre ha existido en el hogar, antes y después de la pandemia. Una de dos mujeres comentaron que estas agresiones estaban antes de la covid y persistieron en el confinamiento incluida la violencia sexual, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre covid-19.

En la aplicación de la encuesta se encontró que los factores asociados con la violencia contra las mujeres hay bajos niveles de bienestar, así como vivir en algún lugar donde se perdió por lo menos un empleo debido a la contingencia.

Los hallazgos apuntan a la importancia de los factores familiares y comunitarios, vinculados con la pérdida de algún empleo y con bajas condiciones de bienestar en términos de las características de las viviendas, así como los bienes y servicios disponibles en los hogares. 

La  prevalencia  de  violencia  contra  las  mujeres adultas en el hogar (cualquier tipo de agresión) durante el confinamiento fue de 5.8%. Los actos más reportados fueron  los  de  tipo  emocional  (gritos,  insultos  o amenazas) con 4.3%, seguida por la económica y física  (empujones,  jalones  o  golpes)  en  proporción  similar  

(2.1 y 1.9%, respectivamente) y finalmente por actos de carácter sexual o violaciones con 0.6%.

Entre 11.1 y  35.3%  de  las  mujeres  reportaron  que  experimentaron  algún tipo de violencia en su hogar por vez primera al implementarse el confinamiento como una estrategia  para la mitigación del contagio de Covid-19 en México. 

LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La violencia contra las mujeres es una situación estructural y un fenómeno social que contribuye a mantenerlas en una situación de subordinación, de acuerdo con la  Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres ha sido objeto de violencia sexual a lo largo de su vida por alguien que  no es su pareja o de violencia física y/o sexual por parte  de su pareja íntima. 

El 38% de todos los asesinatos de  mujeres son cometidos por parejas íntimas. Los efectos de la violencia es la salud física, mental, sexual y reproductiva que han sido ampliamente documentados.

No obstante, no existe un consenso internacional sobre cómo nombrar a las agresiones que se cometen hacia  las mujeres por parte de quienes integran el espacio doméstico. Según la Ley General de Acceso de las Mujeres  a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), la violencia  que ocurre en el ámbito familiar se considera como “el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo  agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por  consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato, o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho”.