América Latina está entre las regiones más peligrosas del mundo para las personas que defienden derechos, pero también está considerada como la región más peligrosa para las mujeres. Esta situación tiene una conexión directa con el cierre de espacios que se vive en la mayoría de los países y con el control de las democracias de parte los sectores económicos con mayores recursos, señala el reporte WeEffect.

El informe Luchas de alto riesgo: Las mujeres en primera línea en la defensa de la tierra y el territorio se hizo con la colaboración de 12 organizaciones de Colombia, Guatemala y Honduras. La encuesta se realizó en los países de América Latina que encabezan las estadísticas de asesinatos de personas defensoras de derechos humanos.

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En sus resultados encontraron que

-En su mayoría las amenazas vienen de funcionarios estatales, locales, policía, ejército así como trabajadores de empresas privadas de seguridad contratadas por empresas y grupos armados ilegales.

- Las mujeres indígenas y campesinas del campo son las más vulnerables, encontrándose expuestas a hostigamientos, acosos y abusos sexuales, humillaciones y amenazas.

-5 de 12 organizaciones explicaron que personas de su membresía se habían visto obligadas a huir de sus hogares debido a la violencia y a los ataques.

-Existen campañas de difamación a través de medios tradicionales (radio, televisión, prensa) y redes sociales, en las que la membresía de las agrupaciones aparece retratada como agitadores o, en el peor de los casos, son acusados de formar parte de grupos terroristas.

-Todas las organizaciones exigen una mayor presencia internacional, piden que la comunidad internacional exhorte a los gobiernos a cumplir las leyes, los acuerdos y las convenciones internacionales sobre los derechos humanos que han sido ratificados por los Estados.

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Aumento de amenazas en pandemia

En varios países, la protección estatal hacia personas defensoras de los derechos humanos se ha visto disminuida en los últimos meses, causando una mayor desprotección que se traduce en mayores riesgos para sus vidas. Desde el inicio de la cuarentena se reporta el aumento de los hostigamientos, las amenazas y hasta los asesinatos contra activistas que defienden los derechos a la tierra y el territorio.

Las mujeres indígenas y campesinas del campo son las más vulnerables, encontrándose expuestas a hostigamientos, acosos y abusos sexuales, humillaciones y amenazas.