“Para mí, el cuerpo es un espacio de resistencia que justo al aperturar la posibilidad de existir también nos da la posibilidad de crear”, explicó Lia la novia sirena, mujer trans, activista y poeta en entrevista para La Cadera de Eva. 

Definió al cuerpo como el primer territorio que se convierte en casa, en refugio y que permite sentir cada día desde una postura de ternura radical. Lia se ha dedicado a defender los derechos humanos de las personas trans en México, y durante su vida ha utilizado extensiones de su personalidad para expresarse. 

La transición y la quinceañera 

En 2015, Lia inició un proyecto en donde viste su cuerpo con un vestido de quinceañera y se desprende para abatir la posibilidad de celebrar las transiciones. “Quería celebrar mi transición de género y hacerlo en colectivo, en el espacio público”, comparte la activista. 

Recuerda que en esos años aún no existía la ley de identidad de género, y por esa razón su performance era muy relevante porque proponía una intervención performática basada en la ternura, el cariño y la posibilidad de celebrar. “La celebración es política”, afirmó Lia, “las personas trans no hemos tenido la oportunidad de celebrar quienes somos nosotres [...], era una fiesta y una celebración trans que invitaba a las personas a adentrarse a las transiciones desde otro lugar”. 

Foto tomada de internet 

Lia llevó el ritual de la quinceañera, un hecho patriarcal, a que una mujer trans celebrará ese cambio, no buscaba reproducir estereotipos, sino, resignificarlos.  

Lia cuenta que a lo largo del tiempo se fue encontrando cada vez más consigo misma, “a partir de mis decisiones me enternecí, me encuentro atravesada por la ternura radical y la posibilidad de intervenir es compartirle a la gente todo lo que soy y todo lo que hago”. 

Ser activista en México 

“México es el segundo país en asesinar a mujeres trans”, resaltó Lia, “entonces la relevancia política de hacer un activismo artístico y performático desde la piel con y en este contexto tan violento, es muy fuerte”. Explicó que el activismo trans a parte de ir a las marchas y luchar en grandes plenos por los derechos humanos, también se hace desde la intimidad, porque al activismo político también hay que abrazarlo. 

“La transformación es lo que nos permite trascender y desmontar parámetros que nos han causado dolor y muerte”, expresó Lia. Observa a su activismo como “la posibilidad de enternecer el espacio desde el cariño, el amor y lo íntimo”, Lia, la novia sirena ha trabajado y expresado desde el cuerpo y con el cuerpo.  

Foto tomada de internet 

Antes de pensar y hacer tesis sobre las personas trans, “primero es necesario sentir a las personas trans”, sostuvo la activista, “no se trata de racionalizar la experiencia de las personas trans, se trata de sentir y después pensar”.  

El activismo de Lia busca romper con la racionalidad de las personas trans, porque lo explica ella  “las personas trans somos vida, no un tema. Son cuerpos que existen, respiran y resisten”.