En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, millones de mujeres se reapropian de espacios públicos para marchar juntas, en medio de las consignas que, estruendosamente hicieron temblar los locales por donde las voces pasaban, se pudieron conocer cientos de historias de violencia, abuso y desapariones que aún siguen impunes.
A pesar de los avances significativos en cuanto a la igualdad de género en los últimos años, todavía existen desigualdades estructurales que perjudican a las mujeres en todas las áreas de sus vidas. Un ejemplo de estas violencias estructurales que buscaban ser visibilizadas en la marcha del Día Internacional de la Mujer es la violencia vicaria.
Bajo este motivo, la Glorieta de las Mujeres que Luchan fue el escenario en donde madres en contra de la violencia vicaria comenzaron su marcha, en aquella contingenta se unieron las colectivas Cam Cai y Madres Luchando y Exigiendo Justicia para así contar sus historias; en medio de oraciones, llantos y banderas pintadas de naranja, madres que han sido separadas de sus hijos e hijas se unieron para dar a conocer esta violencia aún invisibilizada.
Hijos, esto es por y para ustedes y mientras ustedes no están nosotras seguimos en pie de lucha, nosotras seguimos levantándonos por y para ustedes, gritaban por medio de un megáfono.
En medio del silencio las madres rugieron, buscando que las vibraciones de aquella desesperación llegaran hasta sus hijas e hijos, quienes han sido separados de ellas con el motivo de lastimarlas, usándolos como moneda de cambio para así dañarlas. Mientras la contingenta lidereada por madres que han sido víctimas de violencia vicaria avanzaba para unirse a la marcha que caminaba a su lado, las consignas en nombre de las niñas y niños que fueron arrebatados por sus padres pasaban a través del megáfono para retumbar en los edificios que las rodeaban.
Van a vover, van a volver. Las crías que te llevaste van a volver; el daño que les causaste lo pagarás; la lucha de las madres no morirá. ¡No morirá!, entonaban mientras el dolor les partía el pecho.
Contra la violencia vicaria
A pesar de ser un tema desconocido para muchos, existen cientos de madres impulsado iniciativas para frenar la violencia vicaria y la tarde del pasado 8 de marzo la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en materia de violencia vicaria fue aprobada en Cámara de Diputados.
Fue así com los legisladores aprobaron la adición de un artículo 7 Bis a la ley en cuestión mediante una votación de 460 votos a favor. Este artículo define la violencia vicaria como cualquier acción u omisión cometida contra una mujer por parte de una persona con la que tenga o haya tenido una relación sentimental, con la intención de causar daño o sufrimiento, separarla de sus hijos y crear desapego en la relación madre-hijo, a través del uso de la violencia.
El dictamen establece que una persona incurre en violencia vicaria cuando sustrae, oculta, maltrata, amenaza, pone en peligro la integridad y salud, o comete violencia física, económica, psicológica o sexual contra los hijos de las mujeres. La reforma también detalla que la violencia vicaria también se produce cuando se interponen procedimientos judiciales falsos o conductas procesales dilatorias para impedir la convivencia o la custodia, con el objetivo de dominar, someter, manipular, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica o sexual a las mujeres, incluso llegando a provocar su suicidio, feminicidio u homicidio y el de sus hijos.
¿Qué es la violencia vicaria?
La violencia vicaria es un tipo de violencia en el que una persona ejerce violencia indirecta contra alguien cercano a la víctima con el objetivo de causarle daño emocional a la persona que realmente se quiere perjudicar. Por ejemplo, cuando una persona maltrata o asesina a un hijo o hija para causar dolor y sufrimiento a su ex pareja. De acuerdo con expertas, este tipo de violencia es especialmente cruel porque la víctima, en este caso las niñas y niños, no tienen la culpa de la situación y suele quedar atrapada en un conflicto que no le corresponde.
La violencia vicaria puede adoptar diversas formas, pero todas tienen en común el uso de la tercera persona como medio para ejercer la violencia, algunas de ellas pueden ser:
- La sustracción de los hijos por parte de un progenitor con el fin de hacer daño a su ex pareja.
- La amenaza o maltrato a los hijos como forma de presión para controlar a la pareja.
- La interferencia en las relaciones entre los hijos y su progenitora o progenitor como forma de venganza o control.
- La violencia sexual o física ejercida contra los hijos para causar dolor y sufrimiento a la madre.
- El uso de los procedimientos judiciales como forma de hostigamiento y control de la pareja o ex pareja.
En México, la violencia vicaria se ha convertido en un problema cada vez más frecuente. Según un informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer semestre de 2021 se registraron más de 700 casos de violencia vicaria en el país, estos casos incluyen situaciones en las que los agresores intentan causar daño emocional a la madre a través de los hijos, como la sustracción de menores, el maltrato o la amenaza a los hijos, o la interferencia en las relaciones maternas.
Es importante destacar que la violencia vicaria es una forma de violencia de género, ya que se ejerce exclusivamente contra mujeres como forma de control y dominación. Además, la violencia vicaria puede tener graves consecuencias para las víctimas, como problemas de salud mental, estrés postraumático, trastornos emocionales, entre otros.