Al estilo como el que narra Svetlana Alexievich en su libro La guerra no tiene rostro de mujer, Ucrania invitó a mujeres a participar en la guerra. “¿Sabes conducir? ¿Hacer funcionar una radio? ¿Conocimientos de medicina?”, fueron algunas de las preguntas que lanzó.

El espectro de mujeres que pueden participar en la guerra se amplió, ahora pueden sumarse aquellas de entre 18 y 60 años que sean “aptas para el servicio militar”, aunque el límite para ser soldado es de 40 años.

Desfile del Día de la Victoria, Alchevsk./ E. Batanero

También, el Ministerio de Defensa diversificó las profesiones que pueden registrarse para el reclutamiento, ahora  periodistas, músicas, bibliotecarias, psicólogas y hasta las veterinarias, entre otra profesiones, fueron invitadas para registrase. Hubo exenciones para algunas mujeres con hijos, así como para estudiantes de tiempo completo y alumnos de posgrado.

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Las mujeres han sido parte de las fuerzas armadas en Ucrania desde 1993. En 2008 habían mil 800, el número aumentó radicalmente en 2017 a 23 mil y hasta el 2020 se registraron 29 mil 760. El crecimiento se debe al conflicto con Rusia.

Las mujeres en Rusa, las exsoviéticas fueron pioneras de guerra, combatieron en la Segunda Guerra Mundial como las famosas aviadoras Brujas de la Noche, las letales francotiradoras que se convirtieron en celebridad local o las menos conocidas artilleras rusas.

Ahora de acuerdo con la nueva ley, los empresarios deben asegurarse de que sus empleadas cumplan la inscripción.

Esto no es una romantización de la guerra, la revista Pikara Magazine señala que el ejército kivita, de Ucrania, está envuelto incógnitas: “desde movilizaciones forzadas a deserciones de jóvenes que huyen de la masacre en el Este, poco se sabe del funcionamiento real de una armada de reciente reestructuración, formada especialmente para esta guerra y en el que algunos de sus cuadros eran hasta hace bien poco hooligans y miembros de guerrillas paramilitares de ultraderecha.

DÓNDEN ESTÁN LAS MUJERES

Una vecina del comedor popular de caridad de Alchevsk./ Edurne Batanero (Foto tomada de Pikara Magazine)

Rusia intervino en Donbas desde 2014, la lucha continúa. La invasión se ha cobrado 14 mil vidas. Las imágenes de las mujeres se han reducido a hermosas activistas en vueltas en banderas nacionales ucranianas en la plaza de de Maidán, “al más puro estilo del estereotipo de feminidad normativa eslava –muy atractiva para el mercado del sexo internacional-. Rubias de enormes ojos claros, jóvenes, frías, iconos de las ansias de modernidad que tan bien han funcionado en la propaganda de la franquicia ucraniana de activismo Femen como transmisoras de liberación, aunque no se sepa exactamente de qué se liberan”, de acuerdo con la revista Pikara Magazine.

Sin embargo, están las otras mujeres, señala la revista española, las ancianas llorosas, las mutiladas por los bombardeos, padeciendo el dolor de la guerra en sus carnes, arrastrándose en silencio entre las casas destruidas. El rostro de las mujeres y las vejaciones que viven en la guerra se nombran poco, sin embargo, son las que más la padecen de acuerdo a informes de la ONU.