En las últimas dos semanas, por lo menos dos mujeres han sufrido ataques de ácido en el estado de Puebla. El más reciente fue en contra de una profesora que pudo detener a tiempo la corrosión, la cual le ocasionó quemaduras de segundo grado a pesar de haber actuado.
En redes sociales, se dió a conocer que una de las víctimas estaba acudió a realizar unos trámites cuando dos sujetos en bicicleta la alcanzaron y le lanzaron un líquido corrosivo mientras le gritaban “adiós, guapa”.
Estos casos han alertado a las mujeres de Puebla y de todo el país, por lo que el actuar de la profesora se ha tomado como un ejemplo de cómo actuar en caso de ser agredida con ácido.
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Conocimientos claves para en un ataque de ácido
La sobreviviente al ataque tiene estudios de química, por lo que pudo reconocer casi de inmediato que lo que le acaban de lanzar no eran orines, como pensó en un inicio, sino un líquido corrosivo, ya que este era espeso, aceitoso y de olor amargo.
Lo que ayudó a aminorar el grado de quemadura fue una mezcla de bicarbonato de sodio y agua para neutralizar la corrosión. Al no ser un ataque esperado, la profesora pasó 15 minutos esperando para que pudiera utilizar la mezcla encima de lo que le habían lanzado.
"Se enjuagó dos veces, así pudo neutralizar la reacción, pero aun así fuimos al hospital", detalló la hija, quien la ayudó a realizar la mezcla.
El tiempo y sus conocimientos fueron clave para que las quemaduras no fueran catastróficas y solo quedaran en segundo grado. Luego del ataque acudió a servicios médicos en donde la atendieron y recetaron medicamentos para tratar las heridas.
Asimismo, se pudo identificar la sustancia como ácido sulfúrico por el tipo de cicatrización de la piel, en color marrón. Por ello, la mujer sobreviviente al ataque, recomendó a otras portar entre sus cosas una combinación de bicarbonato con agua.
Si la población masculina comprendiera que no tiene el derecho de atacar a las mujeres en ningún sentido, no tendríamos que tener en mente un protocolo de acción contra los ataques con ácido, pero es imprescindible saber cómo defendernos y preservar nuestra vida y salud.
Una vez la víctima de este acto infame y criminal se presente en el centro asistencia médica, darán comienzo los procesos de reconstrucción pertinentes de las áreas afectadas.
“Lo más importante es el manejo inicial de las quemaduras, con curaciones repetidas hasta ver que la herida se encuentra limpia y con buen tejido para realizar, de acuerdo con la lesión que tenga el paciente, el manejo reconstructivo”, explica la doctora Lina Triana, cirujana plástica.
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¿Por qué ocurren los ataques de ácido?
La Conapred señala que incluso cuando el agresor no tiene ninguna relación con la víctima, el acto tiene un componente de posesión y dominio.
“Son agresiones con una altísima carga simbólica. Pretenden marcar de por vida. Dejar en el rostro desfigurado y en el cuerpo de la víctima la estampa de su crimen, de sus celos, de su odio. Una huella imborrable y dramática”, afirma.
El ataque con ácido y otras sustancias abrasivas son utilizadas como un arma que no solo pretende causar un sufrimiento físico enorme e incluso la muerte; por ello, también es considerada una forma de violencia feminicida, ya que implica un acto de violencia extrema a las mujeres.
En el 85% de los casos el autor intelectual fue un hombre, según datos de la Fundación Carmen Sánchez MX, integrada por expertas y sobrevivientes de ataques de ácido. Ellas explican que este acto de violencia feminicida es perpetrado por varones con el objetivo de reafirmar su dominación sobre las mujeres.
“Lo consideran una forma de aleccionar a la mujer, a la que ven como alguien perverso. Intentan satisfacer sus principios y sus valores atacando su estética porque para ellos es la parte más superficial de su poder y de su sexualidad”, explica Miguel Lorente, investigador de la Universidad de Granada.
Violencia ácida, violencia feminicida
La activista y sobreviviente de ataque de ácido, Carmen Sánchez, señala que no existen estadististicas ni investigaciones oficiales por parte de autoridades mexicanas sobre los ataques de ácido. Por lo que ella, junto a las alianzas de su fundación se han encargado de dicha investigación en la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla, donde se han registrado 31 mujeres víctimas desde 2001, de las cuales sólo 22 han sobrevivido.
En los datos que han dado a conocer desde la fundación, destaca que más del 30% de los ataques se cometieron por dos o más personas: ya sea como actores materiales o como intelectuales.
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Por su parte, el investigador Miguel Lorente explica que el agresor tiene un doble objetivo al atacar con ácido: Buscan ocasionar daño grave, mucho dolor y complicaciones severas o incluso la muerte; y, por otro lado, pretenden dejar a la persona marcada con secuelas estéticas brutales.
“Esto satisface al agresor que, si no mata a la víctima, deja de perseguirla y acosarla porque ve en sus cicatrices su firma y la devaluación de la mujer desde el punto de vista estético”, expone.