Enfocada en sus inicios hacia un público joven, TikTok es actualmente la aplicación que se ha convertido en una herramienta importante para comunicarse con audiencias muy diversas, generar contenidos de gran alcance y construir comunidad. Sin embargo, la extensión de la violencia contra las mujeres ha llegado a esta red social, donde creadoras de contenido feminista son atacadas constantemente con comentarios machistas y misóginos.
TikTok es una de las plataformas favoritas de muchos usuarios, por lo que se ha consolidado como una de las plataformas de difusión de contenidos más populares del momento, atrayendo a más de 1000 millones de personas usuarias activas mensualmente, según el portal Datareportal.
Julia Didriksson, creadora de contenido feminista, en sus últimos videos denunció diversos comentarios misóginos que usuarios varones han dejado; estos mensajes incitan a cometer crímenes contra la creadora.
Y es que a diferencia de otras plataformas, TikTok “es un espacio en donde los mensajes se pueden hacer virales de una forma muy rápida, se pueden descargar los videos y compartirlos incluso en otras plataformas, obteniendo más alcance”, comparte la creadora de contenido feminista. Cuando Julia lanzó su primer video, éste alcanzó 20 mil vistas y atrajo a 300 seguidoras en un solo día. Un video en TikTok se puede viralizar independientemente de los números de la cuenta.
Julia y otras cradoras de contenido han hecho cuestionamientos, críticas y denuncias que invitan a sus audiencias a reflexionar sobre los contextos sociales violentos, patriarcales, heteronormados, machistas, misóginos, capitalistas, racistas y coloniales en los que vivimos dentro y fuera de los espacios digitales. Esto las ha llevado a convertirse a lo largo del último año, en el blanco de públicos antiderechos que generan olas de ataques. Esta violencia de género digital se ha potencializado a través de herramientas particulares de TikTok como los dúos.
El algoritmo, junto a los beneficios que ofrece al segmentar contenido y presentarnos cuentas que nos gustan, nos interesan y disfrutamos, también le facilita a personas o grupos que generan violencia, identificar perfiles con contenido similar a los que suelen atacar, lo cual permite que los discursos de odio se reproduzcan e incrementen.
Usuarios, en su mayoría hombres y con muchos seguidores, han detonado ataques masivos donde se usan expresiones misóginas y discriminatorias, acoso, humillaciones, burlas, e inclusive amenazas de muerte, como se dio a conocer el caso de Andrew Tate, creador de contenido misógino y acusado de crear una secta con fines sexuales.
Con estos actos buscan desacreditar, desprestigiar y finalmente, apagar las voces de muchas mujeres que reclaman su derecho a habitar libremente tanto TikTok como otros espacios digitales. La violencia digital es real e impacta en cómo son las interacciones en la vida real, pero los ataques a través de una pantalla pueden llegar a potenciar la violencia de género, de acuerdo con Olimpia Coral Melo, activista feminista contra la violencia digital.
Muchas creadoras de contenido se han visto orilladas al anonimato, a intentar blindar el contenido que crean o incluso a retirarse por completo de las plataformas y borrar sus cuentas, pues los discursos de odio y amenazas pueden llegar a provocarles estrés y miedo insoportables. La violencia digital impacta de forma directa la salud física, mental y emocional de las tiktokeras, explica Julia Didiriksson.