Dicen que el segundo año pandémico es el más difícil, al menos esa es la impresión que me queda después de hablar con algunas amigas emprendedoras. Haciendo uso de mi superpoder (imaginario) de leer mentes, creo que es probable que estés de acuerdo conmigo.
Los entornos complejos son propicios para repensar los objetivos y procesos de trabajo de tu emprendimiento, también para evaluar qué tanto se combinan con tu propósito personal y lo que verdaderamente te mueve. En esta columna siempre comparto mis dolores y alegrías para que aprendan en cabeza ajena y en esta ocasión quiero invitarte a dejar atrás el miedo de pensar en tus futuros de una forma honesta y autocrítica.
¿Tus futuros? Es correcto, dado que el futuro no existe porque no está definido, podemos pensar e incluso diseñar múltiples visiones de futuro. La invitación que hago hoy es irnos en grande: empezar pensando los próximos 15 años de tu vida, para luego dividir esta visión y poder hacer una auditoría de tus acciones hasta hoy, ya que ese futuro dependerá fundamentalmente en las decisiones que tomes de manera consistente en el presente.
Lee: ¿Cómo enfrentar una crisis de ansiedad y emprender?
Si pensar en el largo plazo te resulta incómodo, puedo compartirte que la primera vez que me puse a hacer este ejercicio fue en 2020 y terminé en un colapso ansioso. La razón fue que comencé a juzgarme a partir de condiciones ideales, fijas, ideas caducas o metas que a fin de cuentas ni siquiera eran mías. Comenzar a ver la fotografía de lo que podía suceder si no tomaba cartas en el asunto y seguía en piloto automático fue una confrontación fuerte pero que agradezco profundamente. Después llegó la tranquilidad.
Por eso una de las letras chiquitas de esta invitación es que estés abierta a considerar tus condiciones actuales, el entorno y te atrevas a ser flexible para realmente responder: ¿Qué es lo más probable que suceda si sigo por el camino actual? ¿Qué posibilidades no he visto? y sobre todo ¿qué es lo preferible para mí dentro de la realidad que me rodea y las potenciales sorpresas? Si te fijas, he dejado de poner a tu emprendimiento al centro de la planeación, colocando a la empresa más importante que tienes: tú.
Lee: Emprender me transformó en feminista
¿Planeas para reaccionar o para anticipar?
Probablemente ya empezaste tu ejercicio anual de planeación estratégica 2022 - si eres muy responsable incluso está terminado e impreso en algún lado-, si no y te interesa una guía sobre este proceso espera mi próxima intervención.
Como emprendedoras desarrollamos una habilidad para resolver problemas de forma constante, el lado oscuro de este superpoder es que nos puede llevar a una espiral de “demasiado presente” donde permanezcamos en modo reactivo, nublando nuestra visión. Una visión nublada nos deja a merced de las circunstancias, en cambio planear para anticipar nos regresa a un espacio mental donde es más probable identificar la capacidad de agencia que tenemos.
Para romper esta dinámica te propongo algunas preguntas que faciliten el diálogo interno, no será novedad que recomiende que este ejercicio se haga por escrito:
¿Cómo me gustaría verme en 15 años? ¿Qué será importante para mí yo de ese momento y que puedo comenzar hoy? ¿Qué sería lo menos deseable que podría ocurrir en ese periodo de tiempo? ¿Cómo quiero que sea mi economía? ¿Qué prioridades actuales permanecerán en 15 años? ¿Si sigo como hasta ahora, qué es lo más probable que suceda? y por último ¿qué no podría cambiar aunque quisiera?
Piénsalo en todas las dimensiones de tu vida, no sólo el trabajo o proyectos actuales. Puede ser que te des cuenta que aquello que te quita el sueño hoy no figura dentro de las prioridades de largo plazo o que hay cosas que si empiezas en el presente, pueden ser una fuerza de cambio importante. Por ejemplo, yo decidí que quiero ser un adulto mayor activo y saludable, alcanzar eso requiere ser disciplinada de manera constante.
Lee: Emprender en tiempos inciertos ¿buena o mala idea?
¿Le estás dedicando suficiente tiempo a lo importante? Difícilmente puedes crear aquello que no puedes imaginar ¿Qué visiones te acompañan?
Sin ponerme teórica, anticipar más allá del dato pasado es una de las habilidades cuyo entrenamiento puede costarnos más. De forma cotidiana estamos haciendo ejercicios de imaginación y anticipación, lo importante es saber si esas visiones que estoy usando para imaginar el mañana me abren espacio a las alternativas o están demasiado enraizados en cómo vemos el presente o en creencias heredadas.
Creencias sobre el futuro
Estas creencias pueden ir desde: “todo lo bueno cuesta trabajo”, “así son las cosas”, “yo no puedo acceder a X tipo de vida, cosa o situación”, “una mujer no puede tener un buen puesto y ser mamá” etc. No confundamos esto con la tendencia del “spirtual TikTok” de manifestar nuestros deseos; como me dijo hace poco quien me guió en este proceso: veámoslo más como entrenar a nuestro cerebro a pensar ¿qué más es posible? ¿Qué oportunidad puede estar oculta entre mis sesgos? ¿Qué puedo hacer aquí y ahora para diseñar una nueva situación? ¿Estoy rodeada de personas que me ayudan o restringen?
De cierta forma estamos creando un entorno de innovación personal en medio de la incertidumbre para poder llegar a ese futuro preferible dentro de las posibilidades. Una de las visiones potencialmente caducas que más nos está costando domar, sobre todo a las millennials, es esta creencia de que tenemos que hacerlo todo y lo tenemos que hacer rápido (de preferencia antes de los 30); pensar a largo plazo es una gran forma de cuestionarlo.
Si, como yo, desean una larga vida, las oportunidades se multiplican y entonces esta prisa que nos agobia tanto deja de tener sentido. Puede ser que decisiones que te parecían amenazantes se conviertan en alimento para la curiosidad.
La novedad es un campo fértil para explorar
Recordemos que estamos anticipando para diseñar un camino preferible - y por tanto alcanzable-, dentro de las condiciones reales. Para este punto tal vez ya comienzas a escuchar a esa versión de ti que puedes empezar construir desde mañana mismo. Lo más revelador suele ser perderle miedo a la novedad y saber que en el proceso puedes diseñar un camino alternativo que se adapte a las nuevas circunstancias. Múltiples futuros traen múltiples planes, una visión fluida y la consciencia de que tenemos derecho a evolucionar, cambiar de opinión o construir sueños nuevos.
Mercedes Baltazar es internacionalista dedicada a la comunicación estratégica que decidió emprender para contar noticias desde Meraki México,
Twitter: @LaMarimer