“Llegué al BDSM por casualidad. Y, al descubrir que me gustaba, pensé que no era normal y algo raro podía estar pasándome” menciona Mara, quien ha decidido practicar el BDSM.
¿Es malo disfrutar el dolor o que genere placer? Según la sexóloga y psicóloga Irene existen dos caras del BDSM, ser sumisa o dominante; a quienes deciden cambiar de rol de manera variada, se les llama switchers.
Irene menciona que ambas caras de esta práctica tienen mucho sentido desde un punto de vista biológico. “Todas las personas sentimos placer en dañar, solo que a este juego, se juega con reglas”, comentó en el taller de iniciación para quienes quieran empezar en el mundo del BDSM.
La experta explicó que tanto el dolor como el placer se producen desde el sistema límbico; las neuronas liberan dopamina cuando se da cualquiera de esos momentos, por lo que juntar ambos, eleva el placer.
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El consentimiento es tu mejor amigo
Dentro del BDSM la manera más “profesional” de ejecutarlo, es la asignación de roles, que es algo tan sencillo como imaginar que te gustaría hacer o que te hicieran.
En esta distribución de poder se da una desigualdad, que es lo que produce el morbo de la dinámica en primer lugar, menciona la experta. Sin embargo, es fundamental que en toda práctica sexual haya consentimiento explícito de quienes participan.
Es igual de importante establecer este tipo de prácticas con una persona que tenga deseos o necesidades parecidas, tener una relación de confianza con esa persona y también conocer tus propios límites sin poner en riesgo tu integridad física, sexual e incluso psicológica.
Seguridad ante todo
Lo principal es la seguridad, hacer las cosas con conciencia y conocimiento, así como la prudencia de hacerlo dentro del ambiente de la sesión.
El consenso del acuerdo debe ser explícito por parte de los y/o las participantes, siempre poniendo como prioridad la seguridad y la integridad de cada uno, respetando sus límites y no coaccionar u obligar a ninguna persona a someterse a esta práctica si no está completamente segura.
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Ya sea en un papel o mediante una conversación, ambas partes se comprometen a cumplir lo acordado. Estos consensos pueden cambiar, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo.
La palabra de seguridad es de las primeras cosas que relacionamos con el BDSM, pero Irene explica, igual es mejor plantearnos las indicaciones como un semáforo. Verde si vamos bien, amarillo si hay que ir con cuidado o rojo si queremos detener la práctica de forma inmediata.
Deja volar tu imaginación
“El BDSM implica utilizar la creatividad. Se puede tener un arsenal de juguetes o no”, afirma Irene.
Un cinturón cualquiera, el antifaz de dormir o la cuchara de madera de la cocina pueden ser, con un poco de imaginación, grandes aliados. Además, la información, el consentimiento y la conciencia sobre las diferentes prácticas sexuales, siempre y en todo momento serán tus mejores aliadas.
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Aunque los roles de poder pueden ser atractivos, valdría la pena reflexionar sobre su origen y el porqué causa placer el dolor, según la experta. Más allá del dolor, el placer, los juguetes o los roles, hay que comprender que el BDSM no solo es “que te entregues sabiendo que alguien te va a sostener“.
Es una práctica que “implica autocuidarse y cuidar a la persona con la que estás“, resumió Irene. Recuerda que la autoexploración también puede ser una herramienta para conocer aquello que te gusta.
Con información de 20 minutos