La película Blonde protagonizada espectacularmente por Ana de Armas, cuenta los momentos más difíciles en la vida de Norma Jean Baker, mejor conocida como la popular actriz, cantante y modelo Marilyn Monroe; pero es importante comprender que no es una película biográfica.
Esta película está asada en la novela del mismo nombre escrita por Joyce Carol Oates, Blonde, narra varios momentos de la vida de Marilyn Monroe como su infancia, la dura relación con su madre que incluyó su intento de asesinato, los abusos sexuales en varias de sus relaciones, como con el ex presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, o sus abortos.
Otros de los aspectos más llamativos de la cinta son las distintas relaciones amorosas de Monroe, así como los abusos que vivió desde el inicio de su carrera, todo con el objetivo de llegar a la fama. Pero nunca esperó que se convertiría en el símbolo sexual de una cultura patriarcal.
Entre la revolución sexual y el abuso
Marilyn Monroe fue una actriz destacada, despertó y que se adelantó a su tiempo, según reconocen feministas. Sin embargo, se le ha calificado de una “vida problemática” que, en realidad, fue una vida atravesada por la cultura patriarcal, el machismo y la misoginia.
“Cuando se habla de Monroe, a veces se referían a ella como una “estrella” o una actriz, pero la primera oración siempre venía acompañada sobre ser un símbolo sexual. Su cuerpo estaba primero. Su atractivo sexual estaba primero. Ni su talento, ni su empuje, ni su personalidad”, describe Brooklyn Reece, autora feminista.
En "Wolves I Have Know", un artículo que escribió para la edición de enero de 1953 de Motion Picture and Television Magazine, Marilyn Monroe se adelantó a la era del #MeToo y denunció el acoso sexual que proliferaba en Hollywood desde ese momento. Al describir a los hombres en la industria, Monroe, que entonces tenía 27 años, escribió:
"Hay muchos tipos de lobos. Algunos son siniestros, otros son simplemente Charlies que se divierten tratando de obtener algo por nada y otros hacen un juego de eso"
A pesar de la violencia sexual que Marilyn vivió, expresó en muchas entrevistas y citas que no se avergonzaba de su sexualidad como mujer, decía que “el sexo es parte de la naturaleza”, y ella “se fue con la naturaleza”.
Marilyn Monroe, el símbolo sexual del milenio
En los años 50 (y parece que en la actualidad), la sexualidad femenina sólo se enfoca a la reproducción humana, y quien se atrevía a hablar sobre el placer de las mujeres, se volvía un escándalo y las críticas de rechazo no se quedaban atrás. Marilyn usó su sexualidad como una forma significativa de empoderarse a sí misma y a las demás; “hizo del sexo una parte del ojo público”.
“Nunca lo entendí del todo esto de ‘símbolo sexual’. ¡Siempre pensé que los símbolos eran esas cosas que chocan juntas! Ese es el problema, un símbolo sexual se convierte en una cosa. Odio ser una cosa. Pero si voy a ser un símbolo de algo, prefiero tener sexo que otras cosas de las que tienen símbolos”, dijo Marilyn Monroe en una entrevista para Life en 1962.
La gente pensó que Marilyn era tonta por los papeles que le dieron, aquí no aplicaron la justificación masculina de “separar el arte del artista”. Deslegitimaron su talento porque pensaron que no era más que la ficción que representaba en la pantalla.
“La redujeron a nada más que un papel, en el que imaginaban que podría encajar”, comparte Reece.
Lo que debió comenzar como un reconocimiento de atributos en el cine, se convirtió en un estereotipo altamente peligroso, cuya responsabilidad recayó principalmente en las mujeres. En la industria del espectáculo, asociar a las actrices, cantantes o modelos como símbolo sexual las convirtió en objetos y transformó las ideas de belleza de la cultura patriarcal.