Si tu amiga o alguna mujer que conoces está en una relación violenta o en una situación de riesgo ¡Acompáñala de forma empática y sin prejuicios!

¿Qué podemos hacer?

Buscar ayuda:

Si hay sospechas de que una mujer de nuestro entorno sufre violencia, es preciso acudir o llamar a servicios de atención a víctimas para recibir información y ayuda, lo que nos dará las claves para poder identificar las señales y actuar. Busquen un acompañamiento profesional con perspectiva de género.

Escúchala: 

Escucharla con empatía y sororidad es importante, no la revictimices, recuerda que ella no tiene la culpa; apoyarla en identificar los tipos de violencias que ha vivido puede ayudarle a entender su situación. 

Arroparla:

En primer lugar, es importante saber que el maltratador buscará en todo momento aislar a la víctima de su entorno. Por ese motivo, tendremos que centrarnos en crear una red entre familiares y amistades cercanas para mantener el contacto con ella en todo momento. Recuerda que en algún momento todas hemos vivido una situación de malos tratos y es difícil salir de ella ¡No la juzgues, apóyala siempre que lo necesite!

No insistir:

Si ella aún no está preparada o convencida para dejar la relación, no debemos presionarla ni forzarla. Debemos escucharla, sin juzgar, mostrar nuestro apoyo en el proceso y exponer, sin estridencias, que puede estar en riesgo.

Denunciar:

Muchas personas creen que solo la víctima puede denunciar una situación de violencia de género, pero no es así. La denuncia puede llegar de su entorno. La Red Nacional de Refugios tiene la capacidad de asesorarles sobre dónde y cómo pueden denunciar. 

Pueden llamar a estos números: 

Zona metropolitana:

55 56749695

55 52436432

Lada nacional gratuita

800 822 4460

Los seres queridos y el entorno social de la víctima juegan un papel fundamental en la lucha contra la violencia de género. Es importante implicarnos y comprender que ni la víctima ni su entorno somos culpables de la situación que está sufriendo, solo el agresor lo es.