Antes de que una mujer sea asesinada, asistió acudió a un hospital o centro de salud por golpes o puso una demanda por violencia intrafamiliar, como el caso de Esperanza, quien después de ser golpeado, sus vecinos le ayudaron a ir a un hospital. Es desde ahí donde el Estado de actuar, señala Ruth Zavaleta Salgado, doctora en derecho por la UNAM.
La Ley General de Acceso a una vida libre de violencia de las mujeres establece, en el artículo 46, en el que se menciona que la Secretaría de Salud debe diseñar estrategias con perspectiva de género la política de prevención, atención y erradicación de la violencia contra las mujeres.
Sin embargo, la falta de perspectiva de género sigue ausente en las instituciones. “Basta con que vayamos a los hospitales y no nos brinden la atención por nuestra vestimenta”, dice una de las mujeres indígenas que asistió a la marcha del 25 de noviembre por el Día Internacional de la Eliminación de al Violencia contra las Mujeres.
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El impacto en la salud de las víctimas de violencia de género
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que las víctimas de violencia e género sufren consecuencias en su desarrollo sexual y reproductivo, mental y conductual, señala en su artículo Zavalata.
Algunas de las manifestaciones son embarazos no planeados, abortos, infecciones de transmisión sexual, complicaciones en el embarazo.
En el aspecto emocional está la depresión, los trastornos del sueño y de los hábitos alimentarios, el estrés y trastornos de ansiedad (por ejemplo, trastorno por estrés postraumático), baja autoestima y hasta autoagresión e intentos de suicidio.
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Finalmente, respecto a las manifestaciones conductuales, algunas víctimas incrementan el uso nocivo de alcohol u otras sustancias y, con regularidad, eligen parejas abusivas en sus relaciones posteriores.
“Hasta el momento, pareciera que la solución para frenar los feminicidios y todo tipo de violencias contra las mujeres no ha sido aprobar más leyes y crear nuevas instituciones porque, aun cuando 18 estados han declarado la Alerta de violencia de género y se han implementado programas específicos, ésta no disminuye y, por el contrario, el confinamiento por la pandemia demostró que puede haber más”, expresa Zavaleta.