Actualmente, se estima que en América Latina el 60 por ciento de la población vive con depresión o ansiedad a raíz de la crisis sanitaria, según lo señalado por la Organización Panamericana de la Salud. El covid-19 ha afectado a todas las personas de forma distinta, ha impactado a cada integrante de la familia y por ello, hoy te compartimos algunos consejos para hablar de felicidad con los integrantes más jóvenes: los niños y niñas.
En México, la tasa de suicidios en menores de 14 años aumentó un 37 por ciento, con un total de 278 casos en el 2020. Durante muchos años se creyó que hablar de salud mental era algo malo; sin embargo, tocar este tema y trabajarlo desde la infancia puede brindar grandes beneficios y prevenir conductas de riesgo a lo largo de la vida.
¿Cómo aprendemos a ser felices?
La felicidad es un estado de ánimo dónde satisfacemos nuestras necesidades y encontramos nuestras motivaciones a partir de factores externos como internos, explicó Arantxa Itzel Sánchez, psicóloga clínica infantil para Dalia Empower. “Lo que provoca felicidad para una persona, no lo hace para otra, pues la felicidad es una emoción individual que puede cambiar por determinado tiempo, momento o circunstancia”, compartió.
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En el contexto “después de la pandemia”, las infancias se han enfrentado a un un doble reto al hablar de felicidad, pues los niños y niñas han vivido circunstancias extremas de tristeza, ansiedad, ira o estrés en una etapa dónde seguían descubriendo y aprendiendo cómo actuar ante sus emociones, explicó la experta.
Por esa razón te compartimos algunos consejos para hablar de felicidad con los más jóvenes y construir un concepto de felicidad sano sin frustraciones.
1. Identifica las emociones
Comúnmente los adultos olvidemos cómo aprendimos de las emociones cuando éramos niños, relató la psicóloga, sin embargo, es importante mencionar que fue un proceso personal. Enseñar las emociones puede ser complejo, por ello, recomendó hacerlo desde tres variables: ¿qué siente tu cuerpo?, ¿qué reacciones provoca? y ¿cómo puedo llamarle a lo que estoy sintiendo?
2. Valida cada emoción
Es importante no fomentar la idea de que existen emociones buenas y emociones malas ya que las emociones son aprendizajes que se presentan de acuerdo a momentos y circunstancias específicas que vivimos y deseamos transmitir. Validar las emociones es un paso importante para conocer y aceptarlas. Asimismo, la psicóloga resaltó no caer en estereotipos de género; por ejemplo, enseñar que a las mujeres no se les permite enojarse o a los hombres no se les permite llorar.
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Cuando una emoción se reprime puede generar una actitud pasiva en la persona provocando que no desee expresar lo que sienten por temor a que se vea mal, señaló la experta.
3. La verdadera felicidad
Por otro lado, también hay que enseñar que cada persona tiene un significado distinto de felicidad que normalmente está enfocado en en alcanzar objetivos o metas sencillas. Últimamente, se ha relacionado a la felicidad con cosas materiales o la acumulación de bienes económicos; sin embargo, existen muchas situaciones o acciones que generan y aportan mucha felicidad a las personas.
Por esa razón también es importante enseñar que las acciones que una persona decide hacer, como el deporte, las artes, momentos recreativos o momentos sociales, también son actividades que se disfrutan y pueden hacerte sentir muy feliz. En este caso, los niños y niñas también responden a la imitación y si observan a los adultos disfrutar los pequeños momentos aprenderán a hacerlo también.
4. Renunciar al “para siempre”
Se ha enseñado que la felicidad es un estado de ánimo que buscamos a lo largo de nuestra vida y una vez que se encuentra nunca se va; sin embargo, esta idea puede generar mucha frustración, estrés, cansancio o desmotivación pues las emociones son transitorias y cambian de forma constante a lo largo de la vida.
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Al igual que el concepto de felicidad es diferente para cada persona, es probable que algo que te hiciera feliz en el pasado, ya no lo haga en el presente; por ello, hay que enseñarle a los niños que todas las emociones son válidas porque no duran para siempre sino que evolucionan, acompañan procesos y son un pilar vital para crecer seguros de sí mismos, sostuvo la psicóloga.
Con información de Dalia Empower
asl