Hay que romper el mito de que la guerra solo es para los hombres, si bien es cierto que al frente de las armas y aún en estos tiempos los hombres superan en cifra a las mujeres, las mujeres poco a poco han sido incluidas en las fuerzas armadas.

Sin embargo, hemos pasado mucho tiempo siendo víctimas de la violencia de los conflictos armados tanto internos como internacionales, en principio debemos considerar que de la mano de estos conflictos resulta pobreza, perdida de trabajo, hambre, destrucción de bienes, nula atención de los servicios de salud y escazes de todo aquello que los seres humanos necesitamos para sobre vivir, con ello la necesidad de salir o en la mayoría de las ocasiones huir de los hogares. Tampoco resulta algo “nuevo” que las mujeres y niñas se han vuelto objetos de la guerra al ser prisioneras y forzadas a la violencia sexual, siendo consideradas táctica de guerra.

Ya decía Simone de Beauvoir: “no olvides jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debemos permanecer alerta toda nuestra vida”. Y es que históricamente e independientemente de las religiones las mujeres hemos sido quienes han sufrido los peores estragos de las guerras, vulnerando todos y cada uno de nuestros derechos.

Es por ello que los tratados en materia de derecho internacional humanitario contienen disposiciones especiales para proteger a las mujeres en la guerra, particularmente de la violencia sexual, pero ¿qué es el derecho internacional humanitario? El derecho internacional humanitario tiene por objeto evitar o aliviar el sufrimiento humano durante la guerra sin distinción basada en el género. Especificamente reconoce que, en los conflictos armados, las mujeres enfrentan problemas muy particulares, entre ellos la violencia sexual ( violación sexual, prostitución forzada, esclavitud sexual, mutilaciones y embarazo forzado son violaciones del derecho internacional humanitario) y las amenazas a su salud, pero además de las mujeres también protege los derechos de  enfermos, heridos, prisioneros y los civiles afectados por un conflicto, sin distinción alguna. Todo lo anterior está contemplado en los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales de 1977, así como en el derecho humanitario consuetudinario.

CÓMO AFECTA LA GUERRA A LAS MUJERES

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados informa de que las mujeres representan el 49 por ciento de las personas refugiadas en todo el mundo. En el año 2000, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una resolución sobre las mujeres, la paz y la seguridad, que representa un hito histórico, pues reconoce que la guerra afecta de manera diferente a las mujeres, y reafirma la necesidad de aumentar el papel de las mujeres en la toma de decisiones respecto a la prevención y la resolución de conflictos.

Pero la única realidad es que las mujeres seguimos siendo presas de las guerras y los conflictos armados internos de las naciones, teniendo impacto en la garantia y pleno ejercicio de nuestros derechos humanos, que cabe mencionar han sido conquistados a consecuencia la vida de muchas mujeres. El contexto, la cultura y muchos otros factores nos hace entender de manera distinta las vivencias de las mujeres en los conflictos armados. Hoy lo único que es cierto es que todas esas mujeres no han perdido su voz, al contrario como acto de sororidad y hermandad debemos escucharlas y hacer resonar sus voces. No las olvidamos ni las abandonamos, pues como decía Audre Lorde "No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas.

Flor Aydeé Rodríguez Campos es Licenciada en Derecho por la Universidad Anáhuac México y Maestra en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por la Universidad Panamericana, forma parte del grupo que atiende la AVGM por Agravio Comparado para el Estado de Guerrero. Fue integrante del Parlamento de Mujeres del Congreso de la Ciudad de México en 2020 y es la Directora Ejecutiva de "Repara Lumea" contra la violencia de género A.C..