En América Latina hubo una inclusión tardía de las mujeres a través del reconocimiento del voto, ya que no impactó en una participación equitativa en los procesos de decisión por lo que hay una necesidad de instaurar una democracia paritaria debido a que históricamente, de acuerdo con ONU Mujeres.
Se realizó un estudio donde analizaron la participación de 176 países, sólo un 11,6% de diputadas y 9,4% de senadoras ocupaban cargos representativos hacia 1995.
La paridad es necesaria para que las mujeres puedan contribuir y tomar desiciones que afectan y repercuten en sus vidas directamente, y con ello se beneficien del proceso de la democracia, es una nueva forma de entender los procesos comprendiendo las transformaciones sociales y culturales, un instrumento político que logra una igualdad de desiciones y poder entre mujeres y hombres.
PARIDAD DE GÉNERO
Según Inmujeres “la paridad de género es un principio constitucional que se refiere a la participación equilibrada, justa, y legal, que asegura que al igual que los hombres, las mujeres en toda su diversidad tengan una participación y representación igualitaria en la vida democrática de nuestro país”
La paridad de género implica un proceso, aunque se requieran de medidas afirmativas para darles alcance y un peso significativo, y si bien hay un debate entre la discriminación, lo cierto es que optar por la paridad implica una desición colectiva para alcanzar efectivamente la igualdad.
El debate por la paridad no es nuevo en México, y si bien se han logrado conquistas para obetenerla, en esta renovación de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, hasta el 11 de octubre de 2020, sólo 11 alcaldias hicieron público en sus portales electrónicos los integrantes de su gabinete y los responsables ejecutores de las políticas públicas que implementarán durante sus gestiones.
Sin embargo, cifras de Reporte Índigo aseguran que en 10 alcaldías hay menos mujeres que hombres, destacando la Iztacalco como la única que tiene paridad en sus direcciones: 4 hombres y 4 mujeres.
Mientras tanto, algunas de las alcaldías que ya publicaron quienes son los miembros de sus gabinetes son: Alvaro Obregón, Benito Juárez, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Tlalpan, Tláhuac, Venustiano Carranza y Xochimilco y la mayoría lo ocupan hombres.
La distribución de cargos es la siguiente:
La demarcación que menos tiene mujeres en el gabinete es Cuajimalpa: de 24 direcciones, sólo seis son ocupadas por personas de sexo femenino. En Benito Juárez, las mujeres apenas ocupan cinco de 19 cargos En Xochimilco: de 22 direcciones, seis están al mando de una mujer. En Gustavo A. Madero, de 14 direcciones sólo en cuatro están encabezadas por personas de género femenino. En Tláhuac, en la que tres direcciones son encabezadas por mujeres.Por otro lado a alcaldía Venustiano Carranza será administrada por cinco mujeres y 10 hombres, en Miguel Hidalgo se contará con cuatro mujeres en sus direcciones, en Álvaro Obregón, sólo siete mujeres estarán presentes en el gabinete (41 por ciento).
En Iztapalapa y Tlalpan tienen una presencia femenina en sus direcciones de 44 por ciento: ambos gabinetes tienen un total de 9 áreas y 4 son ocupadas por mujeres.
PARIDAD EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Por primera vez en la historia, se logró una paridad de género a nivel local en la Ciudad de Méxic: 8 hombres y 8 mujeres quedaron a cargo de las alcaldías.
Las ocho mujeres que tomaron protesta como alcaldesas son Clara Brugada, en Iztapalapa: Margarita Saldaña, en Azcapotzalco; Sandra Cuevas, en Cuauhtémoc; Lía Limón, en Álvaro Obregón; ; Berenice Hernández, en Tláhuac; Alfa González, en Tlalpan; Evelyn Parra, en Venustiano Carranza; y Judith Vanegas, en Milpa Alta.
Pero contradictoriamente, la alcaldía que sí tiene paridad en su gabinete es gobernada por un hombre en Iztacalco: Amado Quintero.
Sin embargo, todavía no están disponibles en su totalidad la integración de los gabinetes restantes, por lo que la estadística puede ir variando en tanto publiquen sus directorios actualizados. La transparencia y rendición de cuentas es una labor recíproca, por lo que debemos monitorear constantemente cómo nos involucran y de qué forma a las mujeres en la toma de desiciones.
La necesidad de paridad debería involucrar todos los niveles de la administración gubernamental, y el reto es ambicioso porque implica una transformación tanto cualitativa como cuantitativa en todas las esferas para consolidar un México en camino hacia la igualdad y sigue representando un desafío para los gobiernos.
Luego de las elecciones de 2021 lo que resta es continuar participando, debatiendo y enterándonos de lo que ocurre en la vida pública en materia de género para alcanzar igualdad de participación y oportunidades.
Dalia Morquecho Teniza - egresada de la Maestría en Comunicación de la Universidad Iberoamericana. Politóloga y Gestora Social por la UAM y estudiante de Derecho en la UNAM