Los años de 1915 y 1918 son reconocidos por su gran importancia para la Revolución Mexicana, la cual levantaba en armas a la ciudadanía en contra del poder dictatorial. A la par, estos años representan un parteaguas en nuestro país al consolidar y reestructurar la política que hasta el día de hoy conocemos. Las guerras y las luchas tienen como sello distintivo la creencia de que fueron completamente masculinas, sin embargo, las mujeres fueron vitales en este conflicto, pues no sólo luchaban contra el poder político, sino también, contra la opresión y el machismo de la época. La lucha de las mujeres también fue interna.  

Desde el norte hasta el sur de la República las mujeres reafirmaron su posición luchando y resistiendo para que se reconocieran sus derechos políticos y su inclusión en la vida política. En ese contexto de machismo y exclusión, se conmemora el Primer Congreso Feminista de nuestro país, celebrado en Yucatán hace 107 años.

El 13 de enero de 1916 en Mérida, 620 mujeres participaron en el Primer Congreso Feminista. Este buscaba modificar el Código Civil que había promulgado Venustiano Carranza. La discusión tuvo cuatro puntos medulares, según información de la Secretaría de Relaciones Exteriores:

  • ¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para someter a la mujer del yugo de las tradiciones?
  • ¿Cuál es el papel que corresponde a la escuela primaria en la reivindicación femenina, ya que aquella tiene por finalidad preparar para la vida?
  • ¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y sostener el Estado, y cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso?
  • ¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido sino también dirigente de la sociedad?

En el ambiente revolucionario y conservador se lanzó esta convocatoria, impulsada mayoritariamente por maestras que intentaban intercambiar opiniones, visiones y sobre todo, la emancipación de la mujer, el divorcio, el voto y abrir los espacios para que las mujeres ocuparan lugares de administración política. A la par, estas mujeres contaron el respaldo del gobernador de Yucatán, Salvador Alvarado que se destacó durante su mandato por la igualdad de derechos y la paridad de género.

“Para que puedan formarse generaciones libres y fuertes es necesario que la mujer obtenga un estado jurídico que la enaltezca”, se leía en la convocatoria. 

De acuerdo con el artículo de Carla Humphrey: “100 años del Primer Congreso feminista. Legislar y juzgar con perspectiva de género debe ser ahora una prioridad”, el valor de las maestras en estos movimientos feministas fue sustancial, pues en aquel momento las mujeres no podían acceder a una educación superior, exceptuando la de la docencia. Podríamos decir que el único empleo aceptado con preparación educativa y remunerado, era este. Las mujeres participaban activamente para educar a otras mujeres y, a la par, intentaban revolucionar el pensamiento decimonónico mexicano. 

En el Museo de la Mujer se conmemoró este importante suceso, durante la conferencia, la investigadora Gloria Luz Alejandre hizo especial hincapié en la lucha que se hizo por parte de estas mujeres para reconocer su plenitud en la vida política y social.  Asimismo, Gloria explicó que este primer congreso es una piedra angular en el feminismo, pues tiene sus antecedentes en la lucha por el sufragio femenino. 

“Si bien las mujeres están dentro del espacio público, carecen de la ciudadanía y, por ende, de libertades; el estado de derecho de esa época fue construido desde antecedentes patriarcales, las mujeres estaban invisibilizadas por el propio estado de derecho”, indica Gloria. 

Hace 107 años el pensamiento patriarcal limitaba a la mujer a dedicarse a lo privado, a las labores del hogar y del cuidado, por ello, las mujeres que buscaban ocupar espacios políticos eran sometidas al escrutinio público. Como explica Gloria, la mujer era negada por su propio estado de derecho y sobre esta línea, la investigadora también aprovechó para señalar cómo las mujeres desde siempre se han encontrado luchando por ser reconocidas ante un Estado misógino y machista, algo que hasta nuestros días, se mantiene vigente.

El Primer Congreso Feminista de nuestro país es sólo una prueba de la resistencia que desde hace décadas las mujeres han tenido, su resilencia y su lucha nos compete a todas. Aquellas mujeres maestras de 1917 son también, las mujeres que hasta la fecha, continúan saliendo a las calles para derribar el estado patriarcal y reafirmar nuestro poder en la sociedad.