Los juegos de roles han sido una práctica sexual interesante en los últimos años; sin embargo, Kasia Urbaniak, quien trabajó 17 años como dominatriz, ahora enseña lo que aprendió sobre los hombres y herramientas para prevenir el acoso sexual. 

Las herramientas dominantes no son únicamente útiles para las prácticas BDSM (bondage, disciplina, dominación y sumisión), sino también, para la vida cotidiana, exista o no una relación sexual. 

Las mujeres se enfrentan a una variedad de preguntas incómodas todos los días; en los espacios laborales pueden llegarse a naturalizar; sin embargo, Urbaniak aconsejó lo siguiente: “en lugar de contestar la pregunta o negarse a hacerlo, hay que contestar con otra pregunta, ‘¿por qué preguntó eso?’”, explicó. 

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La exploración es esencial, por ello, contestar con una pregunta desvía la información hacia donde tú quieres, afirmó. Es probable que la respuesta sea ingeniosa, amable o mordaz, pero en ese momento el control lo tienes tú. La reacción de la otra persona a dicha pregunta regala un índice informativo, explicó la dominatriz. 

Asimismo, compartió que todo se basa en la negociación y organización, pues el acoso sexual que suele darse a nivel corporativo consiste en una interacción que comienzan por ser incómoda o conductas erróneas. Por ello, es vital frenar desde raíz y no permitir que se crucen los límites como las invitaciones fuera de los espacios laborales, la ayuda sin sentido o el acercamiento incómodo. 

Por ello, la dominatrix utiliza las preguntas como una práctica social que prevé y alerta para enseñar que en las relaciones de poder existe un control pre establecido. En los campos laborales es esencial establecer límites claros, concluyó. 

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Con información de Saludconlupa

asl