Imagínate que vives en el estado de Texas y tienes un retraso, lo registras en tu app de seguimiento de tu periodo. Le mandas un mensaje a tu mejor amiga, “ay, no me ha bajado”. Comienzas a buscar en Google cómo abortar en casa o contactas a grupos preguntando, todo tu recorrido digital se queda registrado. Tus datos, tus contactos, tus conversaciones… Te conviertes en una sospechosa para la Corte de Estados Unidos debido a la reciente decisión de cancelar la decisión Roe, que otorgaba el derecho a las mujeres a abortar.

Después la decisión de la Corte de Estados Unidos sobre el aborto, han surgido alertas por parte de expertos en privacidad y varios tuits pidiendo a las mujeres borrar las apps que registran sus periodos menstruales.

“Borren esas aplicaciones de fertilidad ya”, escribió en un tuit Gina Neff, socióloga y directora del Centro Minderoo para la Tecnología y la Democracia en la Universidad de Cambridge. En una entrevista por Zoom para The New York Times, Neff explicó que las aplicaciones contienen “información importante sobre decisiones reproductivas que ahora constituye una amenaza”.

La advertencia de bajar las aplicaciones ha tenido el efecto opuesto. Según Data.ai, plataforma que monitorea la actividad en las tiendas de aplicaciones, las descargas de apps para el rastreo menstrual aumentaron al doble desde la anulación de Roe. Las aplicaciones que más se bajaron fueron Clue y Stardust. Ambas empresas señalaron que protegerían los datos de las personas.

Una vocera de Clue señaló que la empresa, con sede en Europa dijo que no respondería a las solicitudes de información de autoridades estadounidenses, según The New York Times.

EL PROBLEMA NO ESTÁ EN LAS APPS

Sin embargo, el problema no está en las apps sobre la menstruación, Cynthia Conti-Cook, abogada especializada en derechos civiles e investigadora del campo de tecnología en la Fundación Ford, advierte en un artículo académico que nuestra huella digital nos pone en riesgo, incluso cuando se manda un mensaje a una persona cercana diciéndole “estoy embarazada”. También, el historial sobre búsquedas sobre cómo abortar podría en riesgo a las mujeres y personas gestantes.

En Indiana se tiene registro sobre una mujer que envío textos a una persona cercana sobre unas pastillas abortivas en una etapa avanzada, las conversaciones se utilizaron en su contra, sin embargo, logró que su sentencia de 20 años se redujera.

Otro caso surgió en Mississippi, una mujer fue acusada de asesinato en segundo grado después de sufrir la pérdida de un embarazo en su hogar. La evidencia incluía búsquedas en Internet que la mujer supuestamente había realizado: “cómo comprar la píldora abortiva Misoprostol en línea”. Los cargos finalmente fueron retirados.

“No hay nada que impida que la policía use los datos de orientación de anuncios de Facebook de la misma manera que ha estado usando los datos de Google, como una redada digital masiva”, dijo Cahn.

FACEBOOK TAMBIÉN PODRÍA DELATAR A LAS MUJERES

Una investigación conjunta entre Revel y The Markup descubrieron que Facebook está recopilando datos sobre la salud de las personas, si visitas centros de salud o no. Esto lo hicieron a través de Blacklight, una herramienta que permite detectar qué información está proporcionando el sitio cuando lo visitas. En este caso, las páginas de centros de salud visitados en Estados Unidos, mandan información a Facebook.

El sitio Reveal y The Markup buscaron al portavoz de Facebook, Dale Hogan, dijo que eso va en contra de sus políticas. Sin embargo, se negó a responder sobre preguntas detalladas en relación con políticas de datos en centros de embarazo.

Los datos personales se podrían utilizar para dirigir publicidad que persuada a las personas que quieren abortar a no hacerlo. Ya que Facebook está recopilando información sobre las personas que quieren abortar y las entrega a organizaciones antiaborto.

“Es difícil decir qué pasará dónde y cómo y cuándo, pero las posibilidades son bastante peligrosas”, dijo Conti-Cook. “Es muy fácil abrumarse por todas las posibilidades, por lo que intento insistir en concentrarnos en lo que ya hemos visto que se usa en contra de las personas-- búsquedas en Google, sitios de internet visitados, recibos por correo electrónico. Eso es lo que hemos visto”, dijo la abogada especializada en derechos civiles.