Las mujeres somos diferentes a los hombres fisiológicamente, nosotras podemos desarrollar tumores o patologías propias de nuestro aparato reproductor, por esa razón es esencial el cuidado de la salud y bienestar. La ginecóloga obstetra ha señalado que cifras oficiales sostienen que sólo un 29 por ciento de las mujeres afirma mantener hábitos saludables respecto a ellas mismas.
A pesar del temor o desconocimiento, antes de asistir al ginecólogo es recomendable llevar control de síntomas en el cuerpo, ya que una gran parte de la salud depende de la misma paciente. Asimismo se aconseja que las mujeres acudan entre una o dos visitas anuales con el o la médico.
PRIMERA VISITA
Para muchas niñas y preadolescentes ir al ginecólogo puede causar temor, señaló la ginecóloga obstetra, debido a que el cuerpo de la mujer sufre muchos cambios, sin embargo es normal. Del mismo modo es importante que la madre y el padre aprendan a acompañar y apoyar cada proceso, ya que durante toda la vida, las mujeres deberemos hacernos chequeos periódicos.
Se acostumbra hacer la primera visita al ginecólogo cuando todas las partes del sistema reproductivo se han desarrollado, antes de la primera menstruación. El médico buscará ver cómo va el desarrollo sexual de la paciente, esta primera visita normalmente se hace entre los 10 y 15 años, en caso de visitar al ginecólogo una vez que haya empezado el ciclo menstrual, el médico analizará cómo van los ciclos de la paciente.
En esta etapa la doctora García señaló que es vital establecer un vínculo de confianza con tu médico ya que se pueden llegar a abordar temas y preguntas que no se habla con los padres.
REVISIONES PERIÓDICAS
La revisión ginecológica es indispensable para mantener una buena salud sexual, preservar la fertilidad y diagnosticar precozmente algún cáncer ginecológico, ya que la prevención es el mejor tratamiento para combatir cualquier enfermedad.
En los controles ginecológicos periódicos se realiza una exploraciones de senos, se puede tomar el Papanicolaou y/o un ultrasonido pélvico así como detectar cualquier problema en los ovarios, útero y placenta. “Nunca se es demasiado joven o demasiado mayor para ir al ginecólogo”, sostuvo la ginecóloga.
En caso de sufrir fuertes dolores o molestias durante el periodo, retrasos, exceso de sangrado o ausencia del mismo son focos para acudir con un experto. También es vital asistir una vez iniciada la vida sexual y atender todas las dudas sobre métodos anticonceptivos de ser necesario, recordando que cada método se adapta a la persona. Si llegaras a percibir alguna irregularidad como ardor, picor, flujo vaginal distinto, dolores o algún bulto en las mamas, entre otras irregularidades no temas en acudir.
Otras de las razones para ir con tu ginecóloga es en sospecha de embarazo o algún tratamiento de fertilidad. Por último, y no menos importante, es recomendable tener un acompañamiento médico durante la menopausia. Puede parecer que son muchos factores, pero confía en que tu cuerpo te indicará los momentos para acudir con un experto.
Con información de Gynmedic
ASL