Aunque algunos crean que creer en los Reyes Magos es invento de la sociedad de consumo, creer en la magia tiene efectos positivos en la psique de los niños. Sin embargo, todo debe llegar a su fin, y revelar el gran secreto a los menores no debe ser catastrófico.

¿Hay una edad para creer en la magia? Eva Peñafiel, psicopedagoga señala que el pensamiento mágico es propio de los niños entre los dos y siete años.

“La neurociencia ha demostrado que respetar y potenciar (el pensamiento mágico) en ese periodo de edad favorece el desarrollo del pensamiento en etapas posteriores. La creatividad, la imaginación y la flexibilidad cognitiva y es además fundamental para su desarrollo emocional”, dijo para El País.

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APRENDER LA PACIENCIA

De acuerdo con la psicopedagoga, el esperar que llegue un regalo ofrece la oportunidad de entrenar la capacidad de posponer la gratificación.

“Hace mucho tiempo, la ciencia demostró que el hecho de ser pacientes y esperar para obtener una recompensa en la infancia era un excelente predictor para la consecución de metas adultas”, apuntó Eva Peñafiel.

Las historias o leyendas le ofrecen un espacio simbólico a los niños, de acuerdo con Mar Benegas, escritora de narrativa y poesía infantil.

“Pero además, el acto de regalar, de recibir regalos u ofrecerlos, es un acto innato de cuidado y generosidad, de celebración. Siempre que con ese acto de regalar no se intenten suplir otras carencias afectivas o de presencia, ni que los regalos sean tan excesivos que se pierda su sentido más profundo”, señaló Mar Benegas, escritora de narrativa.

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¿CUÁNDO LLEGA EL FIN DE LA MAGIA?

Lo complicado llega cuando los menores comienzan a cuestionar y les llega el rumor por un compañero de clase. Algo que suele pasar a partir de los siete años es que la corteza prefrontal de los menores comienza a madurar y con ello la capacidad de diferenciar la realidad de la fantasía. Lo importante es respetar el ritmo de cada menor, sugirió Eva Peñafiel.

Cuando son menores, conocer su postura:

Antes de responder a la pregunta de los menores, hay que tomar en cuenta su edad. Si es demasiado pequeño ha que preguntarles su opinión. Hay niños que se resisten a creer aunque conozcan la verdad. Lo importante es respetar lo que ellos creen.

Cuando ya son mayores, hablar con honestidad:

¿Cuál es la edad? De acuerdo con la psicóloga clínica infanto-juvenil, Carla Valverde García, es a partir de los 12 años cuando se desarrolla el pensamiento lógico-abstracto, la mayoría conoce la verdad.

Dar el mensaje en positivo:

Cuando es momento de hablar, es importante que des el mensaje en positivo, recordándoles que ahora tienen una misión: ser cómplices y guardianes del secreto para que la magia siga viva, sobre todo si tienen hermanos o primos pequeños; y ofreciéndoles la oportunidad de que el año siguiente participen con sus ahorros o alguna manualidad.

Hay que ser claro en lo que se quiere transmitir, existió un niño que creyó que los reyes eran sólo sus padres y ofreció a sus compañeros llevarles sus cartas.