Aprovechando que hoy se conmemora el natalicio de Hermila Galindo Acosta, quien llegó al mundo un 2 de junio de 1886 en Villa Juárez, en el municipio de Lerdo, Durango, me pregunto para cuántas como yo será fuente de inspiración.
En caso de que no la conozcan, les contaré un poco de su historia. Hermila, fue revolucionaria, defensora de los derechos de las mujeres y primera candidata a diputada federal.
En su etapa revolucionaria, organizó clubes en pueblos y aldeas para difundir el mensaje ideológico que hacía hincapié para defender la soberanía nacional y a la vez llevar a cabo una reforma social en la que buscaba disminuir las discriminaciones legales contra las mujeres que se encontraban en el Código Civil de 1884.
En 1916, envió al congreso feminista de México el documento titulado La Mujer en el Futuro, en el que declaraba que la Iglesia era un gran obstáculo para los logros feministas en el país. En ese mismo año, aprovechó que el Congreso Constituyente estaba trabajando en la redacción de la nueva constitución para demandar la posibilidad de que las mujeres tuvieran el derecho de votar y ser electas.
En 1917, se postuló como candidata a diputada por el quinto distrito electoral de la Ciudad de México argumentando que la mujer tenía las mismas necesidades que el hombre, por lo tanto, debía tener indefectiblemente los mismos derechos que él, en términos políticos y sociales.
En cuanto a su propuesta política, Hermila afirmaba que la sociedad mexicana podría ser justa y equitativa en la medida en la que se eliminaran los obstáculos y reformaran los códigos para que se multiplicaran las escuelas y las mujeres contaran con empleos bien remunerados.
Entre los temas que escandalizaron a una parte de la sociedad de su época fueron los que tenían que ver con: 1) La propuesta de la revisión de los códigos civil y penal para aumentar las sanciones en casos de seducción y abandono de las mujeres. 2) la posibilidad de que las mujeres pudieran seleccionar a su pareja. 3) La moción para que, en caso de divorcio, los gastos de manutención, educación y otros fueran asumidos por el cónyuge culpable de la separación.
Entre los grandes logros de Hermila, está que, en 1952, se convirtió en la primera mujer congresista federal de México y en 1953 junto con el esfuerzo de las llamadas sufragistas logró la aprobación al artículo 34 de la Constitución, mediante la cual, se reconocía la ciudadanía de las mujeres independientemente de su estado civil.
Tal como lo menciona la Coordinadora de la Maestría en Historia de la Sociedad Contemporánea, de la Universidad Iberoamericana, Laura Orellana Trinidad, Hermila Galindo pretendió dejar en el pasado a las mujeres tímidas, nerviosas, pudorosas y recatadas para dar paso a las mujeres modernas: participativas, trabajadoras, libres en sus propias elecciones de vida.
*Adriana Diego Hernández es economista (UAM-X), Maestra en Gobierno y Asuntos Públicos (FLACSO) Subdirectora de Innovación y Mejora (IECM).