Hace casi un año que estamos en nuestras casas, tratando de salir lo menos posible para no contagiarnos, ni contagiar. Lo que nos ha demostrado esta contingencia sanitaria es que todas las personas somos vulnerables y que podemos enfermarnos independientemente de nuestra edad, del sexo, del género o de la clase social.
Ser vulnerables significa que somos frágiles; en la situación sanitaria que estamos viviendo como personas y como familias todas las personas somos susceptibles a contraer el virus SARS COV2.
¿Hay alguna forma de no ser vulnerables? Una opción podría ser que nos cuidemos mostrando empatía con lo que le sucede al otro/a y colaborando en comunidad, en donde no importa la situación económica, ni en dónde se vive, ni con quien, sólo se asume que las personas tengamos bienestar. Entendiendo el bienestar como tener salud, trabajo remunerado, acceso a la seguridad social, es decir, tener los derechos humanos garantizados, sin que éstos dependan de ninguna condición social.
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Hasta ahora, las condiciones en las que viven las personas han determinado las desigualdades como sociales, económicas y políticas, generando que algunos grupos sean más vulnerables que otros, por ejemplo, las mujeres, las personas con discapacidad, las personas adultas mayores, la Comunidad Lésbico Gay Bisexual Transexual Travesti Transgénero e Intersexual y las personas indígenas, entre otros, ya que son personas que aparentemente no cumplen con los estándares establecidos por la economía de las sociedades y con ello determinan si tienen acceso o no al ejercicio de sus derechos.
Lo determinan porque lo que sigue importando es lo que se tiene, principalmente, lo económico, pero con la pandemia, nos estamos enfrentando a que independientemente de esta condición material, las personas podemos enfermarnos y no mejorar. En este sentido, cuidarnos en comunidad es una forma distinta de organizarnos, de comprender lo cotidiano y esto podría mitigar las diferentes crisis que se están generando todos los días en las familias.
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Si hacemos redes entre vecinas y vecinos, entre colonias; si nos cuidamos entre todas y todos, probablemente podamos construir sociedades más equitativas e igualitarias, en la que se desvanezcan las desigualdades y que se tengan los mismos derechos. Sociedades en las que tengamos la seguridad de que le importamos a las y los demás por el hecho de existir y que ninguna vida tiene más valor que otra.
Luz Galindo
Twitter: @Luzapelusita
Actualmente docente de la UNAM. Realizó su estancia postdoctoral en el CEDUA-COLMEX. Sus líneas de investigación son la perspectiva de género, políticas públicas, usos del tiempo, corresponsabilidad social, vida cotidiana y trabajo de cuidados, diversidad familiar y diversidad sexual, nuevas experiencias de ser hombres (masculinidades).