La feminización de la pobreza en México ha sido un proceso constante y creciente, son las mujeres y el movimiento feminista quienes han alzado la voz y cuestionado tanto el modelo económico predominante, como las políticas públicas económicas sin perspectiva de género.
Pero, ¿qué es la feminización de la pobreza? La expresión comenzó a utilizarse a finales de los años setentas para cuestionar aquellos indicadores de la pobreza que no contemplaban los fenómenos que afectan de forma diferenciada a las mujeres, y también, comenzó a utilizarse como una forma de referirse al empobrecimiento mayoritariamente visible en el sector femenino. El debate sobre la expresión aún está abierto, expertas y expertos han propuesto otros términos, como “feminización de las causas de la pobreza” y “feminización de las obligaciones y las responsabilidades”.
Según la organización Agua de Coco, hablar sobre la feminización de la pobreza implica referirnos al aumento en las tasas de pobreza en mujeres, que tienen como base los roles de género, la división sexual del trabajo, la dificultad para acceder a la educación y el trabajo digno y la discriminación en razón de género.
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De acuerdo con el Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, la feminización de la pobreza es el predominio creciente de las mujeres entre la población empobrecida, pero también se refiere al sesgo de género de las causas de la pobreza y a la mayor exposición de las mujeres a la pobreza debido al aumento en los niveles de inseguridad, precariedad y vulnerabilidad.
Gloria Careaga Pérez, psicóloga social, feminista y activista, afirmó en el libro “La Feminización de la Pobreza en México”, que el concepto tiene diversas definiciones:
“Puede significar que las mujeres tienen una mayor tasa de incidencia de la pobreza que los hombres; o que la pobreza de las mujeres es más severa que la masculina; o bien, que a lo largo del tiempo la incidencia de la pobreza en las mujeres ha crecido respecto a la de los hombres”.
¿Cómo afecta la feminización de la pobreza a las mujeres?
De acuerdo con expertas, la feminización de la pobreza afecta a las mujeres no sólo por el empobrecimiento marcado en las mujeres, sino también por el empeoramiento en sus condiciones de vida y la vulneración de sus derechos humanos, al ser expuestas con mayor facilidad a la explotación laboral.
“Si bien es cierto que está creciendo el segmento de mujeres que se insertan en el mercado de trabajo global, también lo es que este proceso se está realizando bajo condiciones laborales inimaginables hace sólo 30 años. Las mujeres reúnen las condiciones que pide el nuevo mercado laboral global: personas flexibles, con gran capacidad de adaptación, a las que se pueda despedir fácilmente, dispuestas a trabajar en horarios irregulares o parciales, a domicilio, etcétera. Saskia Sassen no sólo sostiene que se está feminizando la pobreza, sino que se está feminizando la supervivencia”, afirman Rosa Cobo y Luisa Posada, académicas españolas.
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Aunque las autoras antes mencionadas aseguran que la feminización de la pobreza está presente tanto en países de primer mundo como en países tercermundistas debido al prevalecimiento de estructuras desiguales y jerarquizadas en la mayoría de las familia, organismos como ONU Mujeres y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) han señalado que, en América Latina, la pobreza tiene rostro de mujer.
De acuerdo con la ONU, el 70% de las personas que sufren hambre en el mundo son mujeres y según datos de la CEPAL, en América Latina, por cada 100 hombres en condición de pobreza hay 118 mujeres. Por otra parte, un tercio de las mujeres latinoamericanas no logra generar ingresos propios y cerca de la mitad no tienen vínculo con el mercado laboral, cuestión que acentúa la desigualdad económica entre hombres y mujeres.
Con información de: Mujeres en Red