El cuidado puede entenderse como las acciones de gestionar, preservar, conservar y asistir. Implica ayudarse a una/o misma/o o a otro ser vivo, tratar de que tenga bienestar y de ser posible aumentarlo y evitar que sufra algún daño.

En la práctica, cuidar puede ser visto como apoyar o atender a alguien en sus necesidades cotidianas, por ejemplo, de alimentación o de gestión de sus emociones, o bien, en casos de enfermedad, la acción de proveer a la persona lo que necesite. Si se incursiona en el ámbito doméstico, se puede agregar, la referencia a su funcionamiento, en términos de preparación de los alimentos, de la limpieza del espacio compartido y la gestión y atención de los servicios que permitan su funcionamiento.

El autocuidado

El autocuidado puede comprenderse como el cuidado referenciado a sí misma/o, teniendo en cuenta que la responsabilidad de proporcionarse una vida saludable física y emocional, se centra en cada persona a partir de su formación durante toda la vida.

Para el autocuidado es importante asumir que es un acto de vida que permite a cada persona responsabilizarse de sus acciones; la responsabilidad está ligada a la cotidianidad y las experiencias vividas, a su vez, están las redes familiares y sociales de apoyo y finalmente, es una práctica social que implica un nivel de conocimiento básico para la elaboración de un saber que da lugar a las relaciones interindividuales.

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Por ejemplo, reconocer que se está triste por el confinamiento y poder compartirlo a través de una videollamada. Así, el autocuidado es hacia la persona, hacia una misma/o, en los diferentes ámbitos de la vida, de forma individual y colectiva.

Todas las personas necesitan cuidados; quienes viven con su familia biológica o por elección, estarán con ellas compartiendo como lo han hecho hasta este momento, la vida cotidiana; quienes no viven con su familia, podrán compartir a la distancia y así convivir para no contagiarse, ni contagiar. En estas fechas, la convivencia fue a distancia, que significó aprendizaje que, sin duda, se ha tenido que asumir; así como que la compañía a distancia no es la misma que la presencial.

Este 2021, los objetivos son tener salud, compañía presencial y/o a distancia. Ojalá se reflexione sobre la importancia del autocuidado, traduciéndolo en comer y dormir, lo mejor que se puede, de hacer ejercicio, de tener momentos de descanso, de hablar de lo que se siente, de las pérdidas que se han tenido y de cómo sobrellevarlas.

Ojalá que el siguiente año sea de esperanza y de más cuidados entre las personas, para una cotidianeidad más empática y amorosa.

Dra. Luz Galindo.

Actualmente, docente de la UNAM. Realizó su estancia postdoctoral en el CEDUA-COLMEX. Sus líneas de investigación son la perspectiva de género, políticas públicas, usos del tiempo, corresponsabilidad social, vida cotidiana y trabajo de cuidados, diversidad familiar y diversidad sexual, nuevas experiencias de ser hombres (masculinidades)