Las mujeres son capaces de hacer todo lo que se proponen y de cumplir todos sus sueños, pero en muchas ocasiones se enfrentan con una sociedad machista y con hombres que tratan de minimizarlas o de hacerlas desistir, por eso médicas alzaron la voz para demostrar que a pesar de las adversidades lograron ser las mejores en sus especialidades. 

Después de la marcha del 8 de marzo, el movimiento feminista se volcó en otras áreas, como las redes sociales. En Twitter surgió una ola de tuits que comenzaban con “saludos a…” para visibilizar los problemas que enfrentaron dentro de una sociedad machista. 

Una de las que alzó la voz fue la neuróloga Irene Treviño Frenk, quien escribió: 

“Saludos al entonces residente de terapia intensiva que cuando era interna me dijo ‘wow, no eres tan pendeja como aparentas’ y ‘si no vas a hacer el desayuno, al menos lo compras’. Hoy soy top mundial en mi especialidad, profesora, investigadora y mil cosas más… ahí no más”.

La oftalmóloga Pau Ramírez también relató cómo fue víctima del machismo en su carrera: “Saludos al directivo que me ofreció una habitación para un congreso si me hospedaba con él y me hizo la vida imposible cuando dije que no. Hoy soy una de las menos de 80 cirujanos de retina pediátrica en el mundo”. 

De esta manera se fue haciendo una cadena en la que las especialistas en salud relataron las burlas y ofensas que sufrieron mientras estudiaban, como la doctora Jan Salk, quien contó que su maestro de neuroanatomía le dijo que su título lo iba a colgar en la cocina, pero ahora ella es maestra de médicos residentes. 

Se sumó a las denuncias la dermatopatóloga Marcela Saeb Lima, quien contó que decenas de médicos le dijeron que mejor fuera modelo, pero actualmente ella trabaja en un Instituto, tiene un congreso anual y publica investigaciones en revistas especializadas. 

La cirujana general y coloproctóloga Mariel Morales también compartió que un jefe de residentes le dijo “no estás mal” físicamente y que incluso le comentó que mejor se consiguiera un hombre mientras estuviera joven, para ser una mamá que va en camioneta por los hijos a la escuela. 

En otros casos la agresión pasó de ser verbal a física, como le ocurrió a María A. Martinez-Castellanos, oculocentrista y cirujana de retina pediátrica, quien contó en Twitter la violencia que sufrió. “Saludos al coronel que me metió la mano bajo la blusa, al que le pegué por eso y me hizo firmar mi renuncia faltando 2 meses para acabar el R3. Lo saludo desde el podio como miembro del Club Jules Gonin, la sociedad científica más difícil para pertenecer en oftalmología”. 

De esta forma, las médicas levantaron la voz para denunciar la violencia que cientos de mujeres viven dentro de la medicina, con el fin de evidenciar a quienes las agredieron en algún momento y mostrar al mundo y a las mujeres que están estudiando que no importa cuántos obstáculos encuentren, pueden lograr lo que se propongan.