El paradero de Indios Verdes es uno de los lugares más concurridos ya que ahí se une la Ciudad de México con el Estado de México, por lo que hay distintos tipos de transporte que se dirigen hacia ambas direcciones. El estar rodeada de gente parece ser una medida de protección ante la ola de secuestros y violencia que se vive en el país y cuyo peligro aumenta cuando eres mujer. Lamentablemente, cada día se registra el asesinato de 10 mujeres en México y de enero a octubre del año 2022 se contabilizaron 3 mil 155 asesinatos de mujeres, según afirmó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La gran mayoría de las mujeres que son víctimas de secuestro no vuelven a ser encontradas con vida y se convierten en una cifra más de las asesinadas nombradas en cada marcha del 8 de marzo, pero hay algunos casos en donde las mujeres salen con vida de aquel suceso y el caso de María Ángela es uno de los más recientes.
De acuerdo con información de El País, María Ángela, quien tiene 16 años llegó con su mamá al paradero de Indios Verdes el 19 de enero, pasadas las 5:00 de la tarde. Ella y su madre esperaban a que su padre llegara por ellas y durante la espera la madre de María Ángela fue al baño público que se encuentra a un costado de la estación del Metrobús dentro del paradero de Indios Verdes, debido a la fila para entrar tuvo que esperar entre cinco y 10 minutos, por lo que Ángela decidió esperarla afuera de los baños.
Cuando la mujer salió, su hija había desaparecido, dejando tras de sí el grito de “¡Amá!” que alcanzó a pronunciar mientras era llevada por un hombre desconocido.
En metro Hidalgo, mi hija me dijo que sintió que alguien le picó el brazo, en ese momento le revisé el brazo pero estaba todo normal. Vinimos platicando, salimos, llegamos a los baños y después no entiendo qué pasó por qué ese tipo se la llevó, afirmó para El Universal Rocío Bustamante, madre de María Ángela.
La madre y hermana de María Ángela reportaron inmediatamente la desaparición de la menor y las autoridades de la Ciudad de México emitieron una Alerta Amber para poder localizarla; así mismo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) inició una carpeta de investigación y activó los protocolos de búsqueda, que incluyó además de la distribución de la foto, rastrear la geolocalización del teléfono celular que portaba, además de una exhaustiva revisión de sus redes sociales, afirmó Expansión.
Desde el momento de su desaparición, la familia y amigos de Ángela se movilizaron en compañía de distintas colectivas, bloquearon la Avenida Insurgentes Norte a la altura del acceso a la México-Pachuca y las manifestaciones continuaron el viernes 20 de enero en el mismo lugar.
Dos días después de su desaparición, el 21 de enero, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que María Ángela fue encontrada con vida entre la avenida Carmelo Pérez y avenida 12, en la colonia Las Águilas, Nezahualcóyotl, Estado de México.
De acuerdo con los primeros reportes, fueron vecinos de este municipio quienes localizaron a la menor en un área abandonada, esta versión la confirmaron policías municipales quienes dieron el primer apoyo a la joven y solicitaron el apoyo médico para valorarla, afirma Expansión.
Aún existen muchas dudas en cuanto a la desaparición de María Ángela y son los medios de comunicación quienes se han dado a la tarea de mantener actualizaciones sobre el caso, pero muchos de ellos han usado la información brindada por las autoridades para revictimizar y acosar a la menor de edad mientras ella intenta recuperarse de este suceso.
Revictimización en los medios de comunicación
Las mujeres que han experimentado un acto de violencia social, o violación a sus derechos humanos, y han quedado en situación de víctimas, generalmente experimentan una “suma de violencias”, provocándose una “multivictimización”, la primera por el acto vulnerante en sí mismo (como lo es un abuso sexual o incluso un feminicidio), la segunda derivada de la violencia institucional y la tercera por las condiciones de vulnerabilidad, exclusión, estigmatización y olvido social, afirma la psicóloga Ma. Amparo Miranda.
Generalmente, la revictimización se encuentra presente cuando la víctima denuncia el abuso que ha vivido y son las autoridades quienes ejercen violencia contra ella. Esta violencia puede darse de manera activa (actitudes y comportamientos agresivos), o pasiva (omisión de funciones, perdida de documentos, etc.).
México enfrenta altos índices de violencia contra las mujeres y las niñas, derivado de un grave problema de violencia machista que ha desembocado en diversas expresiones de agresividad donde las más trágicas terminan en desapariciones, homicidios violentos y feminicidios, señala Spotligth.
A pesar del avance en materia de género, los medios de comunicación aún continúan reproduciendo prácticas revictimizantes y machistas cuando se trata de abordar casos de feminicidio y ante el panorama de México, es vital comenzar a crear nuevas narrativas sobre la perspectiva de género dentro de los medios encargados de difundir información precisa.
No es necesario reproducir imágenes violentas y descripciones gráficas sobre como las víctimas de feminicidio o secuestro son encontradas y, mucho menos, poner en duda el suceso por la ropa que traían o el lugar donde se encontraban. En este momento y con casos como el de María Ángela o Debanhi los medios de comunicación juegan un papel fundamental ya que la viralidad de las noticias puede traer consigo el replicar detalles que, lejos de ayudar en la investigación, sólo crean tendencias morbosas y llenas de revictimización tanto para la víctima del delito como para sus familiares.
Los casos que mediáticamente han sido presentados por la Fiscalía y que han generado controversias políticas, en lugar de dar la certeza jurídica y el derecho a la verdad, únicamente se transforman en acciones que revictimizan a quienes ya perdieron la vida de manera artera y en nada contribuyen a eliminar la impunidad con que siguen actuando los victimarios, afirmaron Jualiana García y Paloma Estrada de la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDHM).
La revictimización que existe dentro de los medios de comunicación se da a nivel de viralidad ya que la información proporcionada y replicada por ellos mismos vulenra la integridad de las víctimas, pero esto también puede suceder por parte de las autoridades encargadas de resolver el caso cuando lejos de ayudar a las familias terminan perdiendo el foco del crimen para ahondar en detalles innecesarios; debido a ello, la diputada local Verónica Pérez Herrera presentó su iniciativa de reforma a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado, durante la presentación afirmó que “El revivir mediante el relato repetido de forma desproporcionada por parte de la víctima, es volverle a propinar el sufrimiento y daño recibido por parte del delincuente, conlleva estados de ansiedad, de estrés y de angustia, lo que, en el caso de un menor, puede ocasionar malas relaciones interpersonales, que afectaría de manera evidente su vida cotidiana, además de la consecuente vulneración del derecho a su salud mental",
El crear nuevas narrativas dentro del periodismo tradicional poniendo como prioridad la perspectiva de género y la dignificación de las víctimas es una cuestión urgente ya que parece ser que a veces olvidan la enorme responsabilidad que conlleva ser quien difunde la información; es importante recordar que, como periodistas, la libertad de expresión no es un derecho absoluto que se tiene al conocer la información de las víctimas, sino que sus límites empiezan donde se vulnera la intimidad y derechos humanos de otras personas y más allá de hablar sobre los límites, es necesaria la autocrítica y el respeto por las demás historias, esto como un principio que debería ser natural cada vez que se habla de un víctima de cualquier violencia ya que, lamentablemente, eso pasa diariamente en México.