¿Te gustan los hombres fuertes y musculosos? Si eres hombre, ¿te gusta presumir tus grandes bíceps como una expresión de masculinidad? El antropólogo Jonathan Arancibia explica que esta asociación de lo masculino a la fortaleza física tiene un origen en el arte de las ilustraciones homosexuales.
Es común ver que los hombres se sientan bien con sus cuerpos, sobre todo si son cuerpos musculosos. Según expertos, otros hombres (heterosexuales y homosexuales) se sienten atraídos por este tipo de cuerpos debido al homoerotismo que comenzó a tener auge con las ilustraciones de Tom of Finland y las fotografías hipersexualizadas de Robert Mapplethorpe.
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Estos dos artistas retomaron el exhibicionismo para cambiar la idea de que los homosexuales no podían ser masculinos, pero esto ha llegado hasta la actualidad como un ejemplo de masculinidad sin importar la orientación.
En estas imágenes enalteciendo los aspectos físicos de los hombres, se observan características físicas que están asociadas a la masculinidad tradicional, comparte Jonathan Arancibia. Por ejemplo, la relación entre los músculos y la fuerza como un símbolo de un “macho” protector; también retoman la exacerbación del miembro viril.
Homoerotismo como símbolo de masculinidad
Touko Laaksonen, fue un artista que toma la temática del homoerotismo entre hombres, pues en sus ilustraciones dibujaba a varones hipersexualizados, con el objetivo de combatir la idea de que los homosexuales eran débiles. En los años 50 empieza a enviar sus dibujos a la revista estadounidense Physique Pictorial bajo el seudónimo de Tom de Finlandia.
Su trabajo llamó rápidamente la atención de la comunidad gay con sus tiras cómicas llenas de musculosos leñadores, marineros, motoristas, nazis, policías, soldados, vaqueros y “machotes” de cuero. Sin embargo, su mayor inspiración fueron los soldados de la Segunda Guerra Mundial, convirtiendo a estos personajes en fetiches sexuales.
{"quote":"“Efectivamente no hay nada más gay que un macho, y Tom de Finlandia lo demostró con sus dibujos, en su mayoría realizados en blanco y negro, a tinta. Sus personajes llevan uniformes, son musculosos y marcan paquete, convirtiéndose en referencias de la estética gay que todavía llegan a nuestros días”, comparten expertas en arte. "}
En una sociedad patriarcal, los varones refuerzan el mandato de género que establece que el “hombre hecho y derecho” es aquel que demuestra constantemente su poder sobre otros hombres que no son “masculinos”, de acuerdo con la investigadora Erika Márquez del Instituto Colombiano de Estudios Superiores de Incolda.
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Hipersexualización de los hombres para normalizar la homosexualidad
A medida que los años 70 se desarrollaban, Robert Mapplethorpe fue un fotógrafo que expresó su arte con imágenes de gran impacto, pues mostraban escenas de sadomasoquismo y homoerotismo de lo más explícito.
Hipersexualizó el desnudo masculino exagerando los rasgos del cuerpo de los hombres, con el fin de expresar que el cuerpo masculino podía ser revolucionario y resignificarlo políticamente, aunque esa no era su intención original, expone Jonathan Arancibia.
{"quote":"“Trabajaba sin reparos, revistiendo lo homosexual de grandeza, masculinidad y una nobleza envidiable. No pretendía hacer ningún alegato político ni ninguna declaración de su ideología sexual en progreso. Pretendía dignificar aspectos de la experiencia masculina, conferir misticismo a la homosexualidad ”, señala Patti Smith, cantante retratada por Mapplethorpe. "}
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Con esas imágenes hipersexualizadas de Robert y las ilustraciones de Tom, se construyó la figura del gay “macho”. Esta figura se hizo famosa por el grupo musical Village People, integrado por cinco hombres abiertamente homosexuales que usaban vestimenta asociada a lo masculino pero de una forma satirizada de los estereotipos que se tenían sobre los hombres gay.
Esto reafirma las ideas sobre el erotismo entre varones que no necesariamente son homosexuales, pero que se sienten atraídos físicamente por otros hombres. Pues la hipersexualización del cuerpo masculino se convierte en un símbolo del “macho”, explica el antropólogo Jonathan Arancibia.