¿Qué protocolos implementa el Estado para salvaguardar la salud de las trabajadoras sexuales en nuestro país?, la atención oportuna y de calidad es vitalicio para la prevención y concientización de las infecciones de transmisión sexual. En un contexto donde la discriminación, criminalización y estigmatización es imperante en el sector salud, es necesaria la construcción de espacios con perspectiva que fomenten el autocuidado en el marco de los derechos humanos.
En un trabajo de investigación impulsado por la organización Brigada Callejera, se encontraron 30 indicadores de violencia, de los cuales 22 son ejercidas por el estado, siendo la principal, la estigmatización que viven las mujeres cis y trans al interior de las instituciones de salud, en entrevista para La Cadera de Eva, Elvira Madrid, activista y defensora de los derechos de las trabajadoras sexuales, comparte lo siguiente,
“¿Cómo vamos a terminar con la violencia si es el Estado quien nos violenta?, por ejemplo, el control salud que obliga a realizarse controles que no sirven para nada y que cuestan dinero, nos ven como una mercancía; violenta y estigmatiza”
En esta conversación, donde Elvira Madrid comparte la impunidad, el dolor del transfeminicidio y la discriminación estatal, surge una luz que las cobija y acompaña: la autonomía y la organización.
Para esta activista que ha impulsado con fuerza desde hace más de 25 años, más que cualquier trabajo gubernamental, el autocuidado y las redes de apoyo son los pilares que salvan las vidas de sus compañeras.
“Más que cualquier cosa, eres tú y tu grupo, es hacer protocolos de seguridad para saber dónde estás, qué hacer, qué acciones tomar en caso de peligro, protección y autocuidado (…) lo que nos ayuda es la autonomía y la organización para hacer nuestros propios proyectos y es lo que nos salva la vida porque al gobierno no le interesa”
Con esto sobre la mesa, uno de los refugios más grandes, de la mano de colectivas y un profundo trabajo de investigación, llega el Manual de autocuidado de la salud en el trabajo sexual, un protocolo que fomenta el autocuidado, la salud mental, trata de personas, sexualidad y recoge información valiosa relacionada a ETS como la protección, tratamiento y prevención.
El manual para las trabajadoras sexuales que fomenta el autocuidado
Desde la experiencia, la atención y la compañía que ha representado Elvira Madrid y su equipo para miles de mujeres, ha abordado en el manual una serie de enfermedades importantes que se explican a través de síntomas, método de diagnóstico, riesgo y tratamiento - prevención de los siguientes padecimientos.
- Enfermedades digestivas
- Complicaciones durante y después del embarazo
- Enfermedades de la piel y cabello
- Infecciones de transmisión sexual
- Enfermedades vasculares
- Enfermedades respiratorias
- Cirugías estéticas y tratamientos hormonales
- Salud Mental
- Asimismo, aborda de la mano de especialistas, qué es la violencia física, simbólica y la discriminación.
En un mapa general, se encuentra que este manual coloca especial atención en la diabetes, una enfermedad que, explica Elvira Madrid en entrevista, aqueja de sobremanera a las trabajadoras sexuales, por ello, se encuentran apartados específicos sobre el embarazo, cuidados especiales, chequeos, sexo, anticonceptivos y terapias hormonales para mujeres trans con diabetes.
“La diabetes mellitus tipo 2, provoca una disminución del deseo sexual, pérdida de lubricación vaginal y dolor durante la relación sexual. Para evitar ser lastimada, una trabajadora sexual con diabetes debe utilizar, con mayor razón, lubricantes a base de agua que no estén hechos de silicón. Las duchas vaginales afectan la flora bacteriana normal de la vagina y crean un cultivo propicio para its, por lo que ninguna mujer debería acostumbrarlas. Menos aún una mujer con diabetes”, se lee en el apartado Sexo y Diabetes del Manual de autocuidado de la salud en el trabajo sexual.
Este manual es de consulta pública y necesario, porque desde la información y el trabajo colectivo, nace la resistencia para hacer frente a la violencia sistémica. El trabajo de colectivas sociales y de mujeres como Elvira Madrid son la base para visibilizar el desoír del Estado.