El eclipse de luna que comenzó el domingo 15 de mayo y duró hasta la madrugada del lunes 16 de mayo ha traído consigo comentarios, creencias y mitos que se hacen virales en las redes sociales. Uno de los mitos más conocidos y difundidos durante generaciones es que las mujeres embarazadas podrían verse afectadas durante los eclipses lunares y tener consecuencias como:

  • El bebé podría presentar malformaciones o nacer con labio leporino, así como nacer sin algún miembro de su cuerpo.

  • En las mamás podrían aparecer lunares o manchas en la piel.

Debido a esto, se recomienda a la mujer embarazada poner una cinta o listón rojo alrededor de su vientre. Además, cargar algún objeto de metal y hasta hacer mucho ruido para ahuyentar lo negativo.

Si bien este evento astronómico está rodeado de misterio y hasta magia, no existe ninguna evidencia científica que confirme los mitos mencionados anteriormente.

¿De dónde surge esta leyenda?

Este mito se dio por la creencia de la “radiación dañina” que brota del Sol durante los eclipses; pero ésta no causa daños ni tampoco la lluvia de neutrinos, que son partículas que atraviesan todos los sólidos a su paso (la Luna, la Tierra y sus habitantes) sin hacer ningún daño ni a las mamás ni a sus bebés en gestación.

La mujer y la luna

Según Fabiola Sumano, maestra de yoga, meditadora y estudiante de kabbalah, a la Luna se le ha atribuido premisas como la mejora de la fertilidad o el aumento de la pasión en la pareja. Las culturas antiguas relacionaban el cuerpo de la mujer y el ciclo menstrual con la Luna, creyendo en la conexión que hay con dicho astro y su ciclo, el cual también dura 28 días.

Se cree que la mujer a través de su ciclo menstrual atraviesa por las diferentes energías lunares al mismo tiempo que la Luna, que son: creciente, llena, menguante y oscura, que a la vez conecta con las estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno.

En estas culturas y costumbres se hablaba sobre este vínculo con el astro y la naturaleza, desarrollando así una forma diferente de ver su periodo, dándole un sentido sagrado, a comparación de la actualidad donde se le ha visto a veces como algo incómodo o sucio.

Actualmente existen comentarios en donde se habla que las mujeres no suelen prestar atención a los cambios energéticos y emocionales durante la menstruación. Antiguamente se decía que el ritmo natural de las mujeres era el de menstruar bajo la Luna nueva y ovular bajo la Luna llena. Recordemos que nuestros antepasados tenían como única forma el poder contar y medir el tiempo por medio de las fases lunares.

 

 

APVB