Los desaparecidos siguen aumentando en el país, pero ahora la violencia se ensaña con las madres buscadoras. Este es el país del que no se habla en las mañaneras, el Estado y país nos deben una disculpa a las familias de los desaparecidos por el nulo apoyo en la búsqueda e investigación”, denunció Cecilia Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, a través de sus redes sociales. Esto después de la desaparición de su compañera Yesenia Guadalupe Durazo Cota, quien buscaba a su esposo desaparecido.

El domingo 21 de mayo, Durazo Cota se encontraba afuera de su casa en el municipio de Arivechi, Sonora, cuando sujetos se la llevaron en una camioneta blanca. Esta escena fue presenciada por su hija, informó Cecilia Flores a Latinus.

Tras pasar cuatro días desaparecidaYesenia Guadalupe Durazo Cota fue liberada el jueves 25 de mayo. A través de Twitter, Cecilia Flores informó que su compañera fue liberada y "entregada a su familia con golpes, pero viva". La líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora también mencionó que Yesenia Guadalupe Durazo Cota "deja la búsqueda definitivamente y se dedicará a su familia".

Este es uno de los grandes horrores a los que se enfrentan los familiares de las personas desaparecidas que continúan con su búsqueda con la esperanza de encontrarles algún día. Los colectivos de madres buscadoras han denunciado en reiteradas ocasiones las amenazas y violencia cometida en su contra por seguir con la búsqueda de sus desaparecidos.

Falta de protección durante y después de la búsqueda

El pasado 10 de mayo el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México realizó una mesa de diálogo llamada “Mujeres de Corazón a Corazón” en la cual denunciaron que han tenido que seguir buscando a sus seres queridos aún sin contar con la protección del Estado, y que el riesgo sigue aunque dejen de buscar, pues son vigilados y seguidos constantemente.

Esto de la seguridad es muy complicado, esto no ha cambiado, pues han asesinado en Guanajuato a una madre buscadora, a Teresa Magueyal, entonces creemos que nuestras autoridades hacen poco, por no decir nada, porque siguen sucediendo estas situaciones tan lamentables”, criticó María del Tránsito, integrante del colectivo Ángeles de Pie Por Ti.

Entre los riesgos a los que se enfrentan están las amenazasCecilia Flores ha denunciado en reiteradas ocasiones que ha sido amenazada para que deje de buscar y, no sólo eso, también ha sido víctima de ataques directos, como cuando el 21 de abril del año pasado, hombres forzaron las cerraduras del refugio donde se encontraba para entrar. Pese a ser parte del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas en México, al activar el botón de pánico que le dieron, la ayuda tardó en llegar.

Las madres buscadoras tienen que realizar la búsqueda de restos óseos en terrenos baldíos, desiertos, bosques, entre otros lugares. Al continuar con esta labor han sido víctimas de emboscadas como le sucedió en dos ocasiones a la madre buscadora María Luisa Hernández. “Cuando las mismas autoridades nos dijeron ‘tírense al piso’ pensé que ya ahí, nosotras, habíamos acabado", dijo durante el conversatorio.

El abandono y negligencia de las autoridades también son una constante a la que tienen que hacer frente las madres buscadoras y familiares de personas desaparecidas. En el conversatorio también denunciaron que en muchas ocasiones han acordado con las autoridades realizar labores de búsqueda en un lugar, pero estas no llegan o llegan con horas de retraso. Incluso aunque tengan un plan de trabajo, las autoridades no las apoyan y tampoco cuentan con asistencia médica.

Como le ocurrió a María del Carmen Volante, madre de Pamela Gallardo desaparecida en 2017. Este 23 de mayo se comenzó con la búsqueda en el Ajusco, Tlalpan, CDMX, sin embargo, la expedición fue improductiva porque la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México no tenía un plan para revisar la zona, no llevaron los binomios caninos que habían solicitado, ni suficiente material para trabajar. Además, aunque la cita fue a las 8:00 a.m., la Guardia Nacional, que fue para resguardar a la brigada, llegó tres horas después.

"La indolencia y abandono institucional que no atiende sus necesidades en términos de una salud integral tanto física como psicológica, hacen parte de la configuración de esas otras formas de la violencia que les aqueja (a madres buscadoras) y que generan situaciones que, con el paso de años, se cronifican llevándolas a la muerte", se lee en el texto "La muerte violenta de las madres buscadoras: el sufrimiento y el castigo como entramados de los poderes sistémicos", de las investigadoras Mitzi Elizabeth Robles Rodríguez y Paola Alejandra Ramírez González.

Esto lo sufrió Herminia Valverde, mamá de Mariela Vanessa Díaz Valverde desaparecida en 2018, quien falleció el pasado domingo 21 de mayo sin saber dónde está su hija. La madre buscadora "se fue con el gran pendiente de volver a ver su hija y con la carga de la injusticia", señaló el colectivo Hasta Encontrarles a través de redes sociales. Aunque Herminia pidió ayuda a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la Ciudad de México (CEAVI) para poder tener acceso a los tratamientos que necesitaba para tratar el cáncer, la institución nunca le otorgó el apoyo.

Madres buscadoras asesinadas

Durante el 2022 asesinaron a cinco madres buscadoras: María Carmela Vázquez en Guanajuato, Esmeralda Gallardo en Puebla, Rosa Lilián Rodríguez en Sinaloa, Ana Luisa Garduño Juárez en Morelos, Brenda Jazmín Beltrán en Sonora. Este año se registró el asesinato de Teresa Magueyal en Guanajuato.

Las investigadoras Mitzi Elizabeth Robles Rodríguez y Paola Alejandra Ramírez González afirman que la búsqueda que realizan los familiares de personas desaparecidas en campo abierto representa un grave riesgo para su seguridad "debido al control territorial que tienen los grupos criminales y a la permisibilidad del Estado, ya sea por complicidad o connivencia".

Las investigadoras señalan que es necesario que los asesinatos de las madres buscadoras se reconozcan como crímenes cometidos por razón de género. "El trabajo de búsqueda que realizan y toda la praxis social y política que desarrollan son una manifestación expresa de su capacidad para desplegar una agencia libre y autónoma. Agencia misma que devela el sistema social y económico que produce la violencia que les atraviesa", explican en su texto.

Las madres buscadoras y familiares de desaparecidos han tenido que vivir la desaparición de sus seres queridos como primer violencia, seguida de la negligencia y nula búsqueda de las autoridades, pero también amenazas, ataques e incluso asesinatos en su contra por continuar con su búsqueda. Durante su labor reiteran la necesidad de que el Estado comience a asumir su responsabilidad en esta crisis de desapariciones que vive México.