El poliamor es una forma de relacionarte sexo-afectivamente con más de una persona, de forma simultánea y consensuada, donde hay un cuidado de los afectos. No se trata de la acumulación de personas sino de una nueva forma de amar a otros, comparten Merle Ilina y Agustín, personas afines a esta forma de relacionarse; y las activistas Brigitte Vasallo y Gabriela Wiener.
Desde un pensamiento neoliberal se ven a las personas como objeto de consumo, se cree que ser poliamoroso es tener libertad sexual donde “se puede consumir y desechar a la gente tanto sexual y emocionalmente, pero no es así, el poliamor habla de compromiso y cuidados hacia los otros” dice Merle Ilina en entrevista para La Cadera de Eva.
“Yo me di cuenta que era poliamorosa cuando estaba enamorada de dos personas”, Merle Ilina.
“Siento que (la sociedad y la familia) nos enseñan a amar de modos muy posesivos. El amor de pareja es muy violento en realidad, se tienen muchas violencias normalizadas que no se ven como tales, pero si te mueves un poco, como al poliamor, las empiezas a ver”, comparte Agustín para La Cadera de Eva.
El poliamor es el amar tanto en la teoría como en la práctica a más de una persona, pero en honestidad. Sin embargo, esta forma múltiple de amar ha sido cuestionada y vista como una búsqueda de tener libertad sexual, considera Agustín y puntualiza “quien esté instalado en los discursos hegemónicos verá al poliamor como promiscuidad o putería tanto del lado de los hombres y mujeres; aunque se va más a lado de las mujeres porque están más atrapadas en esos discursos. Desde la visión hegemónica, ellas tienen un papel distinto al hombre”.
“Si no quieres comprometerte no eres poliamoroso, eres güilo”
En el caso de las mujeres, las que deciden ser poliamorosas llegan a ser señaladas como “putas (...) ah pues es una puta, puedo coger con ella, puedo hacer lo que yo quiera, es poliamor y no vale, pues no, también somos personitas, no somos desechables o también nos buscan mientras encuentran su relación monógama”, dice Merle.
La poligamia no resuelve tus problemas emocionales
“A las comunidades poliamorosas va mucha gente rota, creen que el poliamor es la solución para sus problemas de pareja o personales”, señala Agustín. Si no se resuelven los conflictos internos, muchas veces “el poliamor se convierte en polidrama, porque no solo hay que resolver conflictos con una persona, sino con todas las que están involucradas”, dice Merle.
¿Todos podemos ser poliamorosos?
Por ello, hay gente que está pensando en atreverse a vivir este tipo de experiencias nuevas, cambiar lo que nos han enseñado sobre el amor romántico, monógamo y hétero. Sin embargo, tanto en relaciones monógamas o poliamorosas el trabajo es el mismo, la comunicación y la honestidad.
Al respecto, la psicoterapeuta de Relaciones de Parejas, Sexóloga y Especialista en diversidad sexual, Nilda Chiaraviglio, comparte en Sumédico: “para que una relación monogámica o de sexo múltiple funcione, se deben disminuir cada una de las características de jerarquía, confrontación competencia y exclusión al máximo, ya que si se mantienen como regidoras en la forma de vida, el poliamor y cualquier tipo de relación será imposible, simplemente se mantendrán relaciones sexuales con un mayor número de personas que traerán consigo conflictos y un cementerio de cadáveres emocionales.
Dentro de estas exigencias de comunicación surge la pregunta: ¿las parejas se deben contar todo? Al respecto, Merle expresa que sólo se cuenta lo que se “cree importante”, hay cosas que todavía se quedan en la intimidad. “Porque conocí a un hombre y me gustó, no voy a decirle de inmediato a mi pareja, pero si me empieza a interesar, de forma natural, le cuento de él. Aunque hay relaciones que aplican la regla don’t ask, don’t tell (no preguntes, no digas), pero de eso no se trata”.
Tampoco la salida es el “acuerditis” expone Merle, ya que hay acuerdos muy limitantes donde se dice “puedes tener sexo con él o ella, pero no puedes quedarte a dormir”, ese no es el tipo de acuerdo que mejora una relación, son acuerdos que vienen de las inseguridades, “lo más importante, más que los acuerdos, es la comunicación constante, ésta no solo te lo exige una relación poliamorosa sino cualquier tipo de relación”.
Nuevas formas de organización poliamorosa
Existen matrimonios que practican el poliamor. “Conozco parejas poliamorosas casadas, tienen hijos y comparten, y no son con toda la gente y todo el tiempo”, compartió Merle. En la práctica del poliamor, la meta no es casarnos todo el tiempo, no funciona la lógica de primero andamos, luego somos novios, luego tenemos hijos. En el poliamor, la importancia son esas conexiones únicas; cuando quieres compartir el amor; y las responsabilidades que te traen un matrimonio, la talacha, es otra cosa, menciona Merle.
La idea de una relación funcional es completamente patriarcal, el poliamor es una forma de resistencia a la heteronorma, a lo socialmente construido que funcione en cuanto a los roles de género de ser hombre y mujer. Dentro de las familias poliamorosas, también se da la crianza poliamorosa, declara Merle, “es medio idílico, familias que tienen hijos, para que puedan tener una date (una cita), los cuida la otra pareja. Se crea una comunidad poliamorosa donde los niños tienen diferentes fuentes de cariño, afecto, cuidados, se van configurando familias compuestas donde no vemos a la mamá o el papá que te dicen ‘no tenemos tiempo’”.
El poliamor es una nueva forma de amar
El poliamor nos muestra una nueva forma de amar, nos hace ver que “el amor” es algo que se multiplica. “El amor romántico nos hace creer que, si te doy amor a ti ya no se lo voy a dar a otra persona o algo así como una suma cero. El amor cuando más lo damos, más se va multiplicando, el ver esa abundancia nos conectamos con otras personas y nos relacionarnos diferente” dice Agustín. El poliamor reconfigura la idea del amor como propiedad privada, lo expone como un sentimiento que se puede compartir sin estructuras jerárquicas.
“El amor es político”, asevera Merle, ya que “las formas en cómo nos organizamos amorosamente están subordinadas a un sistema económico, a una sociedad capitalista y de consumo, entonces se crea una especie de romantización de esas dinámicas, de poder, traducidas en ideas del “príncipe azul, el amor de tu vida, el amor es exclusivo”.
En este sentido, Francisca Millán escribe en el portal El Desconcierto que “cómo vivimos el amor también tiene mucho que decir respecto de la intelectualidad cultural de cada época y de las relaciones de poder que lo atraviesan. Es decir, la noción de amor que cada sociedad construye y transmite se define desde una ideología. Por eso, el amor es indisociable del ideal a partir del cual se lo valora y concibe”.
Las bases para tener relaciones poliamorosas son las que se deberían tener para establecer cualquier relación monógama o abierta, que es la comunicación, honestidad y cuidado del otro. Lo que viene a hacer el poliamor es a deconstruir la idea que tenemos del amor, y nos hace pensar desde dónde nos estamos construyendo con el otro y para el otro, ¿es una relación para servirle al mercado o es una relación para construirnos con el otro?