Melissa es pitcher en Sevillanas Softball, un equipo femenil que compite en la Liga Anáhuac. “A pesar de ser un pasatiempo, el softball se ha convertido en un compromiso importante para mí”, compartió en entrevista para La Cadera de Eva. Cada semana Melissa asiste a los entrenamientos con sus compañeras y cada sábado o domingo juega.  

El equipo Sevillanas se formó por una casualidad, compartió la pareja de la pitcher, Roberto, quien es el manager del equipo. “Cuando tenía 26 años ingresé a una liga de baseball para adultos, normalmente las parejas de nosotros iban a los partidos y fue así como decidimos formar un equipo de softball”, explicó. 

DEPORTE: COMPROMISO Y DISCIPLINA 

“El softball y el baseball tienen una esencia similar; en el softball la bola es más grande, el lanzamiento es por abajo y el bat es tubular...esas son las diferencias a grandes rasgos”, explicó Roberto. 

“Empezamos a entrenar desde cero”, dijo Roberto, “hace casi cuatro años”. El equipo de Sevillanas se ha ido transformando con el paso del tiempo. De las fundadoras del equipo ya quedan únicamente cinco, pero siempre han intentado que el equipo sea un espacio de diversión, aprendizaje, compañerismo y distracción para las mujeres que van a entrenar y a jugar. 

Melissa decidió entrar a clases de pitcheo a parte de los entrenamientos para dedicarse a lo que le interesaba, “yo le fui agarrando más amor al juego mientras aprendía a jugar más”, expresó. El softball, como todos los deportes, se rige por la disciplina y el compromiso, explicó la jugadora, pero también les ha servido para despejar sus mentes. Por ejemplo, compartió que algunas de sus compañeras ya son mamás y el deporte les ha servido como forma de distracción, cambiar de roles en su vida y sacar energía de forma sana. 

TEJER SORORIDAD 

“Para nosotras más que ir a ganar, vamos a una celebración”, dijo la pitcher y afirmó que con sus compañeras intentan aprender, divertirse y disfrutar cada juego porque el equipo se ha convertido en un ambiente acogedor y sororo para cada una. 

Para Roberto ser parte de un equipo femenil también ha significado muchos aprendizajes, “claro que hay algunos roces cuando juegan por la competencia, pero son parte de la emoción y de lo que sucede en cada juego”, añadió. 

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Las olimpiadas popularizaron aún más a este deporte, afirmó la pareja, sin embargo señalan que desde poco antes de la pandemia ya había mucho interés en el juego, principalmente por parte de las mujeres. Ver a las jugadoras olímpicas también sirvió para tener mayores referentes sobre cómo funciona el deporte porque una vez que se ve, genera interés y las personas investigan para empezar a practicarlo. 

Crecer en un deporte hace que tus pensamientos se enfoquen en ti misma, en pensar cómo mejorar día con día, en buscar nuevas estrategias, aprender de los errores y trabajar en equipo, tanto para Melisa como para Roberto el softball se convirtió en una nueva familia llena de alegrías y retos. “Ahora el softball es parte de nuestra vida y no lo queremos dejar en un buen rato”, expresaron.