Hace unos días se rindió el segundo informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en donde las mujeres fuimos, nuevamente, invisibilizadas; y en donde también se reflejó que no existen políticas públicas encaminadas a garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
De acuerdo con el ejecutivo el delito de feminicidio disminuyo aproximadamente un 30%, además aseguro “ya no hay torturas, desapariciones, ni masacres; se respetan los derechos humanos”. Sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad que dichas aseveraciones.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y julio de 2020 se registraron 566 feminicidios, lo que significa un incremento de 5.4% en comparación con el mismo periodo en 2019, cuando se registraron 536, y un 9.6% comparado con 2018, cuando entre enero y julio de 2018 se registraron 516 casos. Lo anterior, solo comparando los “datos oficiales”, ya que las organizaciones de la sociedad civil reportan datos aún más preocupantes.
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Desapariciones
En cuanto a la desaparición de personas, de acuerdo con datos de organizaciones civiles, en nuestro país hay más de 40 mil personas desaparecidas y no localizadas, de las cuales 34 mil 441 se encuentran bajo el fuero común y el 30% son mujeres; siendo el Estado de México, el que tiene mayor número de desapariciones de mujeres y niñas (2,228), seguido de Tamaulipas (1,226) y Puebla (914). Según el SESNSP de enero a julio de 2020 se reportan 261 mujeres víctimas de trata.
El respeto a los derechos humanos también ha sido puesto en duda, sobre todo cuando conocemos casos como el feminicidio de Danna Miriam de 16 años en Baja California y quien fue revictimizada por el fiscal Guillermo Ruiz Hernández al justificar el feminicidio porque “la niña traía tatuajes por todos lados”; siendo el ejemplo de la practica sistemática de culpar a las víctimas por sus asesinatos.
México es un país en donde todos los días asesinan a 11 mujeres, y en donde millones más sufren violencia de todo tipo; sin duda la más lacerante es la institucional, la oficial, la que previo a cada elección nos prometen que va a cambiar y la que cada día nos trata de sepultar. Mientras los medios y la sociedad cuentan, todos los días, muchos de los casos de mujeres víctimas de violencia; quienes nos gobiernan siguen sin reconocer el problema, siguen sin asumir la responsabilidad de lo que ocurre, lo que termina por volverlos cómplices de todos y cada uno de los casos de feminicidios, asesinatos y violencias que sufrimos las mujeres.
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Xóchitl Arzola, activista y presidenta de Mujeres en Cadena A.C