La participación política de las mujeres ha sido una lucha constante llena de obstáculos impuestos por los estereotipos de género. Aun ahora, mujeres de todo el mundo se enfrentan a constantes insultos en su ejercicio del poder. “Jodida zorra” le llamaron a la diputada estadunidense Alexandria Ocasio-Cortez, 

La diputada Ocasio-Cortez no se quedó callada, y evidenció la actitud machista del republicano Ted Yoho. En un discurso en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Alexandria dijo:

“Frente a los reporteros, el representante Yoho me llamó, y cito: ‘una puta perra’”

Agregó a su discurso: 

“estas son las palabras que Yoho usó contra una congresista, que representa al distrito 14 de Nueva York, pero también a todas las congresistas y todas las mujeres de este país, porque todas nos hemos tenido que enfrentar a esto”

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La agresión a Alexandria no es un fenómeno aislado. Con estos comentarios y acciones se busca reducir el poder de una mujer a través de violencia verbal y física. Es común en la arena política, pero tiene su origen en la vida cotidiana de las mujeres, cuando se les ataca por dar su opinión en el algún lugar público, cuando se les grita “cállate” por intentar hacer una aportación durante la comida, cuando se desvaloriza lo que dicen sobre sus creencias políticas con un “no sabes lo que dices”, cuando un padre le dice a su hijo “no le hagas caso a tu mamá; está loca”. 

“Esto no es nuevo, y ese es el problema” dijo la diputada. 

“Es cultural. Es una cultura de impunidad, de aceptar la violencia, el lenguaje violento contra las mujeres y una estructura de poder que lo apoya”.

Además, Alexandria agregó que es inaceptable usar a mujeres e hijas como escudo y excusa de un comportamiento deplorable, debido a que Yoho mencionó tener una esposa y una hija, al hablar de los hechos.  

El poder en las mujeres incomoda a todo un sistema de organización política patriarcal

El poder en las mujeres incomoda a todo un sistema de organización política patriarcal. A pesar de los avances por los derechos político-electorales de las mujeres y la paridad de género, las mujeres aún tienen que enfrentarse a escenarios misóginos en el ejercicio del poder político. 

Otro ejemplo de esta violencia ocurrió durante la campaña presidencial de Estados Unidos en 2006. Los simpatizantes republicanos que apoyaban a Trump gritaban todo tipo de insultos a la contendiente Hillary Clinton: “Hillary es una puta”, “Dale una trompada a esa zorra”, “Golfa”. Se popularizó el juego de palabras “Trump that bitch”, cuya traducción se interpreta como “vence a esa zorra”. Tal frase se vendió y difundió en camisetas y botones que utilizaban para los mítines. 

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Violencia política de género

Recientemente en México, diputadas de la Comisión de Igualdad de Género  de la Cámara de Diputados denunciaron que, durante la transmisión por medio de redes del foro de análisis legislativo del día 17 de julio, se orquestó una participación inusual con lineas claras de ataque contra las diputadas ponentes, incluso contra las expertas que discutían acerca de los certámenes de belleza.

“No avalamos la intimidación y acoso para determinar nuestras decisiones” dijeron mediante un documento en el que llamaban a frenar la violencia cibernética en contra de legisladoras por sus expresiones sobre violencia simbólica. 

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La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) comprende a la violencia política contra las mujeres como “todas aquellas acciones u omisiones de personas, servidoras o servidores públicos que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género) y tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objeto o resultado de menoscabar o anular sus derechos político electorales, incluyendo el ejercicio del cargo”.

La violencia política contra las mujeres incluye violencia física, psicológica, simbólica, sexual, patrimonial, económica o feminicida.

Con información de: EL PAÍS y El HuffPost