Este 1 de noviembre falleció a los 96 años la muralista guatemalteca Rina Lazo Wasem, considerada una de las mayores representantes del muralismo en su país y en México.

Nació el 23 de octubre en la ciudad de Guatemala y posteriormente obtuvo su doble nacionalidad en México y donde actualmente vivía. Sus familiares informaron que falleció de un paro cardiaco en su domicilio.

Sus primeros estudios profesionales los cursó en la Academia de Bellas Artes de Guatemala, cuyos trabajos se reflejaron en el Palacio Nacional de la Cultura. Posteriormente viajó a la Ciudad de México para matricularse en arte en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda, en donde tuvo como profesores, entre otros, a Carlos Orozco Romero, Jesús Guerrero Galván, Alfredo Zalce, Federico Cantú y Manuel Rodríguez Lozano.

Pero quizá su formación decisiva fue aquella ejercida por Diego Rivera, de quien se convertiría en su discípula, y a través de él, en allegada de Frida Kahlo. Será por la cercanía con ambos creadores que Lazo se uniría como militante al Partido Comunista Mexicano. En 1947 Lazo asistió a Rivera en la realización del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, actual obra principal en exhibición permanente en el Museo Mural Diego Rivera.

De 1947 a 1957 Lazo comenzó a crear su arte de la mano de Rivera, época donde pintó importantes murales como El agua, origen de la vida sobre la tierra (1951) en Chapultepec; La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista (1952), en el Estadio Olímpico Universitario; El pueblo en demanda de salud (1954), en el Hospital La Raza, así como La gloriosa victoria (1954), destinado al Palacio Nacional de la Cultura, en Guatemala, y el cual despertaría suspicacias debido a la escenificación de la intervención norteamericana en Centroamérica.

Rina Lazo expuso sus obras en países como Alemania, Austria, Francia, Estados Unidos, México, Guatemala y Corea, entre otros. Se le recuerda en nuestro país como una de las creadoras plásticas más comprometidas con el convulso devenir sociopolítico y cultural del siglo XX mexicano, así como por su generosa entrega a la docencia, que desempeñó en instituciones como la Escuela de Restauración del Instituto Nacional de Bellas Artes o la escuela de Bellas Artes de Oaxaca.

Con información de Televisa