¿Te imaginas escribir un cuento en tu adolescencia, te queda increíble y la gente cree que la escribió un hombre? Esto le paso a Mary W. Shelley, la creadora de Frankenstein.

Mary Wollstonecaft Shelley escribió Frankenstein a sus 19 años, se inspiró en la casa de Lord Byron para hacerlo, se dice que en el año en que la hizo, 1816, no hubo verano. Quizá el ambiente frío le ayudó para imaginar el ambiente donde se desenvuelve este monstruo.

La obra tiene 205 años de existencia y aún sigue siendo un ícono el personaje creado por la escritora inglesa, quien escapó con su amante a los 16 años, él estaba casado; después se convirtió en su esposo.

Mary W. Shelley es considerada la madre de la literatura gótica, nació el 30 de agosto de 1797 y murió el 1 de febrero de 1851, a causa de un tumor cerebral. Fue hija del filósofo William Godwin y de la escritora y feminista Mary Wollstonecraft, autora de Vindicación de los Derechos de la Mujer.

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Frankenstein es vegetariano

Sin embargo, el monstruo que crea  Shelley no es terrorífico ni come humanos. De hecho es vegetariano, como su creadora.

Existe un diálogo en la novela que evidencia su régimen alimentario. Él se alimentaba de bayas y bellotas.

“Mi comida no es la del hombre, no destruyo el cordero ni el cabrito, para saciar mi apetito, las bellotas y las bayas me dan suficiente alimento… La imagen que les presento es pacífica y humana”, escribe su autora.

Tanto Mary Shelley como su esposo Percy Bysshe Shelley pertenecían al grupo que la misma Shelley llamó los “románticos vegetarianos”, una forma de resistencia contra el maltrato animal.

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Estos son los primeros indicios que retoma Carol J. Adams, en su libro La política sexual de la carne, contra el especismo y la explotación animal. Si ahora ser vegetariano sigue causando críticas, se imaginan antes.

Algunos estudiosos de la literatura han señalado que la obra está relacionada con la vida de Shelley, quien tuvo tres abortos espontáneos, se puede relacionar con un “mito al nacimiento”, la escribió tras la culpa por la muerte de su madre con su nacimiento y la de sus tres hijos.

La historia y obra de Mary W. Shelley tiene varios tintes que nos dejan ver su actitud rebelde frente al patriarcado, como permitirse escribir en un mundo donde las mujeres eran los anónimos y donde aún no se habían plateando la lucha por los derechos de las mujeres ni de los animales.