Las escuelas primarias son el lugar donde los niños y niñas comienzan a aprender sobre el mundo de manera más abierta ya que en esa etapa conviven con otras personitas que, al igual que ellos, descubren otras realidades por medio de los conocimientos brindados por las maestras y maestros.
Es así como las maestras y maestros se convierten en guías de las alumnas y alumnos, ellos se convierten en testigos del crecimiento de las niñas y niños que llegaron con tan sólo seis años de edad, por lo que conforman una figura de referencia para los pequeños. Así como las maestras y maestros ven distintas vidas pasar ante sus ojos, también pueden percibir los problemas que muchas niñas y niños cargan, ¿te imaginas cuántas personitas han conocido las maestras y maestros a lo largo de todos sus años de trabajo?
Violeta (quien decidió cambiar su nombre por cuestiones de privacidad) es una de las testigos ya que con 34 años como maestra de primaria ha visto el cambio de muchas generaciones que cargan cada una con sus particularidades. En entrevista para La Cadera de Eva, la maestra Violeta lleva en su memoria distintas escuelas, pero hay una que ha protagonizado poco más de 15 años en su experiencia como maestra; esta escuela se encuentra ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza y más allá de ser un centro educativo, también es un lugar donde distintas historias convergen.
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de la CDMX, la alcaldía Venustiano Carranza presentó la tasa más alta de homicidios dolosos y culposos de toda la Ciudad de México, el informe presentado en el 2021 señala que durante el primer trimestre del año la tasa de homicidio dolosos en esta alcaldía fue de 7.10 por cada 100 mil habitantes.
Este informe también documentó que la alcaldía Venustiano Carranza es el segundo lugar en robo en transporte público y narcomenudeo. En el año 2021 se denunciaron 79 robos en transporte durante este primer trimestre de ese año, lo que significa una tasa de 19.34 por cada 100 mil habitantes. Asimismo, el organismo señaló que en Venustiano Carranza hubo una tasa de narcomenudeo de 25.96.
Los contextos
Si bien, la maestra Violeta y sus compañeras buscan educar de manera sana a las niñas y niños que acuden al plantel, el contexto en el que se desenvuelven fuera de la escuela influye directamente en su desarrollo y esa es una situación que las docentes ya no pueden controlar.
La mayoría de los niños vienen de familias disfuncionales, además sus papás son comerciantes por lo que no están al cien con sus niños, casi siempre están a cargo de familiares, principalmente abuelos o tíos y yo creo que por eso están expuestos a situaciones peligrosas, afirma la maestra Violeta en entrevista para La Cadera de Eva.
Además de situaciones de violencia, las niñas y niños se enfrentan desde muy temprana edad al consumo de drogas y aunque personas como la maestra Violeta sólo conformen una pequeña etapa de sus vidas, es doloroso reencontrarles en las calles consumiendo desde muy pequeños.
Yo no he visto como tal que estén drogándose, pero sí he sabido de ex alumnos que ahora tiene 13 o 14 años que al terminar la primaria ya no hicieron nada más y cayeron en las drogas […] Las veces que los he visto drogados, me da mucha tristeza porque los conocimos chiquitos, de seis años, reflexiona la maestra Violeta durante la entrevista.
Según los resultados del Informe Mundial sobre las Drogas 2022, alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo, lo que supone un aumento del 26% respecto a la década anterior. La prevalencia anual mundial del consumo de cannabis en los jóvenes de 15 y 16 años es del 5,8 %, frente al 4,1 % en la población de 15 a 64 años y son los jóvenes quienes suelen declarar un nivel de consumo de drogas superior al de los adultos, y en muchos países, los niveles de consumo de drogas en los jóvenes son hoy en día más elevados que en las generaciones anteriores.
Así mismo, Carmen Fernández Cáceres, directora general de los Centros de Integración Juvenil, destacó que según cifras de distintos organismos, fue hasta 2021 donde se reflejó un aumento en la demanda de consumo excesivo de alcohol entre niñas, niños y adolescentes, lo que quiere decir que éstos están bebido en exceso en cuanto regresaron a los espacios públicos, por lo que la droga que primero prueban las niñas, niños y adolescentes en México es el alcohol, con una edad promedio de inicio de 12 y 13 años.
Con estas cifras se hace evidente el acelerado consumo de drogas que están teniendo las infancias y adolescencias mexicanas, por lo que el continuar negando e invisibilizando las sustancias ya no es una opción. Debido a esta necesidad de hablar y prevenir el consumo temprano de sustancias es que distintas organizaciones buscan implementar modelos educativos que informen a la población sobre los efectos de las drogas y así crear nuevas narrativas en donde la prohibición se cambie por elección informada.
Educar para no prohibir
La llamada “guerra contra las drogas” ha buscado erradicar por completo el consumo de sustancias, pero en un mundo donde es evidente que las sustancias psicoactivas existen y serán consumidas a pesar de su ilegalidad, la prohibición de estas sólo crear olas de violencia que terminan afectando a poblaciones vulnerables, es por ello que asociaciones como ReverdeSer Colectivo buscan impulsar modelos que brindan información precisa para que cada persona pueda decidir y conocer.
De acuerdo con Andrés E. Hirsch Soler, Coordinador del Área de Educación en ReverdeSer Colectivo, las conversaciones sobre el uso de sustancias psicoactivas deben ser complementarias ya que abarcan tanto a las infancias como a las personas adultas que están a su cargo, así como a las instituciones educativas por lo que buscan promover un modelo de reducción y riesgos y daños.
Creemos que desde esta perspectiva de la reducción de riesgos y daños lo principal es poder romper el tabú, romper con décadas de formación en espacios escolarizados desde la perspectiva prohibicionista que lo único que pone sobre la mesa o como respuesta es ‘di no’. Al decir que ‘no’ se está diciendo un ‘no’ al diálogo, al debate y a la información, afirma Andrés E. Hirsch Soler en entrevista para La Cadera de Eva.
Es así como Andrés informa que el modelo de reducción de riesgos y daños es no hablar de las sustancias psicoactivas en abstracto que y en lugar de replicar discursos de prohibición se propone hablar de las drogas y los efectos que tienen cuando son consumidas, es así como se da lugar al diálogo en el cual las niñas y niños pueden exponer sus dudas adaptando el discurso de acuerdo al contexto.
Se debe romper con la idea de que va a haber una un manual o un recetario para cómo tener esta conversación, sino que se debe invitar a todas las personas a informarse y así crear estos espacios de diálogo en donde son bienvenidas las dudas, las preguntas y las conversaciones en lugar de reaccionar únicamente desde el miedo, la preocupación desde y la alerta; se deben crear espacios donde haya una escucha activa, comprensión y empatía, comenta Andrés E. Hirsch Soler.
Y es que el modelo de reducción de riesgos y daños busca justamente hablar de las sustancias psicoactivas, pero no sólo de aquellas que actualmente son ilegales, sino de todo el espectro de plantas y sustancias que están en los hogares, aquellas que se encuentran presentes en conversaciones o publicidad, incluso de las que son prescritas por médicos para personas menores de edad y forman parte de la vida cotidiana.
Según afirma Andrés E. Hirsch Soler, desde todos los países en donde se da este debate se habla de que es necesaria la creación de estrategias políticas, públicas y miradas personales y políticas en torno la llamada “guerra contra las drogas” y cómo se han construido narrativas estigmatizantes sobre ello, para hacerle frente a estas narrativas se necesita esta apertura al diálogo y a la información rigurosa para así eliminar los prejuicios morales y con base en la información poder construir estrategias que respondan a las necesidades de las personas usuarias de sustancias psicoactivas.
Con la creación de estas nuevas narrativas también se busca tener un acercamiento empático con las personas consumidoras de sustancias para evitar reducirlas a etiquetas y tabús cargados de moralidad, es por ello que el modelo de reducción de riesgos y daños no sólo se concentra en la creación de políticas públicas y salud pública, sino que debe ser llevado con una mirada integral de Derechos Humanos.
La información es comunitaria
Como lo mencionó la maestra Violeta, la mayoría de las madres y padres se encuentran ausentes debido a la necesidad de trabajar largas jornadas, por lo que encuentra complicado que tengan el tiempo suficiente para acudir a las posibles pláticas sobre el uso de sustancias en las escuelas y así mismo, notar que sus hijas o hijos están consumiendo sustancias psicoactivas.
Bajo esta necesidad, Andrés E. Hirsch Soler, Coordinador del Área de Educación en ReverdeSer Colectivo afirma que la estrategia clave debe direccionarse en acercar la información a las comunidades en lugar de esperar que ellos se acerquen ya que son los medios de comunicación quienes han bombardeado a las personas con mensajes estigmatizantes que deben ser cambiados.
Hay muchos esfuerzos desde las miradas prohibicionistas para mandar mensajes que nos llenan de cierta mirada que pareciera ser la única forma para trabajar estos temas por ejemplo, este eslogan que ha circulado mucho durante los últimos años de que en el mundo de las drogas no hay final feliz y yo pienso que no hay otro mundo, este mundo lo compartimos con todas esas sustancias llamadas drogas y en este mundo hay todo tipo de finales, de inicios y de vidas, entonces son las maestras, directivas y personal administrativo quienes pueden ser promotores de un cambio, comenta Andrés E. Hirsch Soler en entrevista para La Cadera de Eva.
Desde ReverdeSer Colectivo se reconoce a las instituciones educativas como el puente necesario para que las personas comiencen a conocer otras narrativas sobre el consumo de sustancias, así mismo afirman que las maestras y maestros son piezas clave para que una escuela tome una decisión distinta cuando se sepa de algún estudiante que esté relacionado con una sustancia psicoactiva y así se pueda ver otro tipo de respuesta como por ejemplo una adecuada atención terapéutica y, al mismo tiempo preguntarse qué es lo que está pasando en lugar de marcarlo con una etiqueta que pueda generar daños más graves.
Si bien las maestras y maestros son un agente de cambio, para que esto funcione se debe dar primero la información a ellos para así cambiar sus conocimientos en torno al consumo de sustancias y así puedan replicar lo aprendido dentro de la comunidad.
Nosotros, por ejemplo, reivindicamos el término uso y no solamente consumo, reivindicamos la relación que existe con las plantas y las sustancias para trabajar en la toma de decisiones informada, responsable y consciente. Esto va de la mano con la educación sexual integral porque también hablamos de consentimiento y así poder cuestionar todo lo que se nos presenta. Así mismo buscamos hablar de la historia de las sustancias psicoactivas, de por qué se regulan ciertas plantas y entonces poder hablar del alcohol, del tabaco y de los fármacos que se venden en la farmacia, asegura Andrés E. Hirsch Soler.
Poco a poco las narrativas que existen sobre el consumo de sustancias están cambiando y con ello se demuestra que la mejor opción no es el prohibir y buscar eliminar cualquier planta o sustancia psicoactiva, sino que al existir en un “mundo de drogas” lo más seguro es mostrar información precisa desde edades tempranas para así enseñar a las infancias desde una perspectiva crítica y responsable.
Acciones como esta son difundidas por organizaciones como ReverdeSer Colectivo, quienes han reunido esfuerzos para poder presentar decálogos, manuales y una página web confiable en la que podrás encontrar información sobre los distintos tipos de sustancias que existen y los efectos que tienen sobre el cuerpo, para así comenzar a crear narrativas informadas y dejar de lado los estigmas morales que existen sobre el consumo.