En el mundo, las mujeres no ocupan ni 3 de cada 10 puestos de programación y tecnología, de acuerdo con el informe de la Unesco “Los efectos secundarios de la IA en la vida laboral de las mujeres”, la participación y representación mínima de mujeres en este sector perpetúa la brecha salarial y de género, en ese contexto, la ONU hizo un llamado internacional para cambiar este paradigma

A través de un documento impulsado por la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer, se intenta cerrar esta brecha de participación, incluir activamente al sector femenino y dar un avance importante en la paridad de género en el camino a la era digital. 

Nueva York, fue el punto de encuentro en donde gobiernos de todo el mundo se reunieron para discutir sobre este pacto fomentado por la ONU. Esta negociación tuvo algunos altibajos provocando que la reunión durara bastantes horas más de las previstas retrasando el cierre del pacto. 

De manera concluyente, los miembros de la ONU acordaron firmar el documento con el objetivo de vivir en un mundo donde todas las personas pudieran estar conectadas y, desde la diversidad, generar espacios digitales más incluyentes

“Esto es un paso revolucionario para hacer realidad un mundo con más igualdad y conectado para las mujeres y niñas en toda su diversidad. Es nuestro trabajo, tras irnos hoy de aquí (de la reunión en Nueva York), traducirlas a la reunión” (Sima Bahous, directora ejecutiva de la agencia de Naciones Unidas al cierre del evento).

La ONU y su apuesta prioritaria del 2023 por un mundo digital inclusivo 

¿Cuál es el internet que tenemos actualmente y cómo lo percibimos?, ¿cómo funcionan las inteligencias artificiales?, la respuesta a estas incógnitas se encuentra cuando observamos que la programación y las tecnologías poseen una fuerte carga misógina y patriarcal. La representación mínima de mujeres en estos espacios abona para las violencias, Rochelle Jones, escritora del libro “La construcción de una internet feminista” acota lo siguiente. 

“La internet que tenemos actualmente es la representación de la vida misma, la vida que tenemos fuera del mundo digital. Representa marginación, especialmente para mujeres, mujeres de color, personas cuyas expresiones sexuales difieren de lo hegemónico, representa discriminación, misoginia y violencia”.

Sólo para contextualizar, en nuestro país el 40.3% de las adolescentes de 12 años o más ha vivido una situación de violencia digital de índole sexual, de acuerdo con el Módulo sobre el Ciberacoso del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

Con todo esto en puerta, la ONU ha apostado este 2023 para cerrar estas violencias a través de una respuesta simple: más mujeres en la tecnología, más perspectivas de género y menos violencia de género. 

Si quienes enseñan a las computadoras a actuar como humanos son mayoritariamente hombres, entonces, hay una gran posibilidad de que los productos resultantes tengan un sesgo de género. Esto podría explicar por qué su visión del mundo refleja las normas sociales del grupo que las creó (...) cosifica a las mujeres y perpetúa los estereotipos de género (Ileana Stigliani, catedrática de la Escuela de Nacional del Imperial College de Londres en entrevista para la BBC)

Con esta declaración internacional, la Comisión de la Mujer de la ONU exige a los estados mayor inversión pública y privada para reducirr la brecha digital, dar pie a espacios tecnológicos más inclusivos y salvaguardar la seguridad de las mujeres que navegan en internet. 

Finalmente, visibilizar esta violencia digital se vuelve necesario, y es que, tras casi 15 días de discusiones y respuestas negativas, la participación de las naciones miembros de la ONU en este proyecto es un paso vital para que la mujer tenga acceso a espacios digitales sin violencia y desde su óptica, abone para diseñar y construir tecnologías sin sesgos.