¡Llegó la cena de navidad!, y con ello se activan prácticas machistas y patriarcales dentro de las familias. Algunas de los cuestionamientos que se hacen son:  "¿Cómo está eso de que luchan por respeto y andan dañando los monumentos?", "¿Por qué abogan por los feminicidios si a los hombres también nos están matando, y más a nosotros?", "¿Por qué están tan enojadas?".

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Ahora súmale que tienes alrededor de 30 años, no tienes hijos y ni si quiera has pensado en casarte, te acechan con las preguntas: "¿cuándo nos vas hacer tíos?" . "¿Para cuándo la boda?". "¿Tú, piensas estar soltera toda la vida?".

No sólo basta con las preguntas, también algunos actos que podrían incomodarnos ¿qué hacer ante ello? ¿Hay una guía para sobrevivir a esto?

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No son ellos, es el sistema

Si estás leyendo este artículo, quizá seas una lectora de la Ciudad de México o alguna parte de Latinoamérica sino de otra parte del mundo que también lo esté viviendo. Primero, desde mi experiencia que se ha forjado de varias discusiones sobre este tema, he aprendido a entender al contexto, o como dirían los teóricos, nuestro imaginario social, es decir, no es su culpa, es de la sociedad. Aunque hay cierta responsabilidad como han argumentando ciertas feministas.

Nuestras familias crecieron en un entorno patriarcal, al cual aún pertenecemos, pocas veces fue cuestionado. Nuestros tíos y tías quizá pertenezcan a la generación de los baby boomers, los nacidos entre los años 1946 y 1965, donde el trabajo disciplinado les dio la jubilación que les permite ahora vivir, su vida estuvo regida por una estructura.

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Quizá los que más te entiendan podrían ser tus tíos o tías  más jóvenes o tus primos  o primas mayores, los de la generación X, los nacidos entre los años 1961 y 1980, ya que sobrevivió a la fiebre consumista de los 80, que vio nacer Internet y caer la burbuja de los 90, fue una generación rebelde y a contra corriente.

Tú, que quizá seas parte de la generación Y, o millennial, los que nacieron entre los años 1982 y 2000, donde el trabajo debe tener un sentido, no vives para trabajar, buscas darle un sentido a tu vida y te preocupas por los tema sociales y medioambientales. Si te das cuenta, la percepción cambia de una generación a otra y ésta puede o no influir en cuestionarse la estructura patriarcal, que si bien el pensamiento feminista tiene registro a mediados del siglo XVIII.

Todos somos víctimas de la violencia

Algunos portales sugieren que lo mejor es invitar a tu compañero o compañera feminista a tu reunión, incluso llevarte unos buenos audífonos para alejarte de los comentarios hirientes; esa es tu decisión. Sin embargo, al entender que somos producto de la sociedad y educación, ese enojo podría bajar, quizá te aventures a compartir tus reflexiones y decir que el feminismo nos favorece a todos.

También tienes la opción de no estar, si es que así lo deseas.

Aquí nuestra querida Mag Mantilla nos da otros consejos, (haz clic).

El portal Vice señala que nuestros comentarios feministas podrían incomodar, y sí, incomodaremos porque estaremos cuestionando prácticas que se han hecho por navidades. al final una tía te lo agradecerá en público o en privado, te dirá ¡tienes razón!, ¡yo me casé solo por vivir mi sexualidad!, ¡yo me casé porque me presionaron!, ¡no les hagas caso, tú vive tu vida!

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En tu discurso, recuerda decir que tanto hombres como mujeres somos víctimas del sistema patriarcal. A ellos les exigen ser proveedores y fuertes; y a nosotras amables, lindas y serviciales; así como personajes de los cuentos de Walt Disney. Estas actitudes afectan a todos.

Para ilustrar cómo nos afecta les contaré una experiencia, hace unos días charlaba con un amigo, me preguntó: ¿no crees que tus berrinches también son una forma de violencia? Claro le contesté –sonrojada porque fui señalada- pero tomé fuerzas y le dije, por eso mismo debemos ser feministas porque si yo dejo de infantilizarme, y ustedes de cumplir mis caprichos dejaríamos de fomentar las relaciones tóxicas.

Con esa respuesta, su percepción sobre el feminismo, en el que creía que se trataba de estar contra de los hombres, cambió.

Debemos tomar en cuenta que toda la sociedad ha nutrido ese sistema patriarcal, donde en la cena ellas sirven y ellos habla, para cambiar las dinámicas no basta con que tú lo decidas, aquí es donde debería entrar un acto de sororidad.

Sí, proponerle a tu mamá, abuela y tías cambiar las dinámicas donde todos ayuden, ponerse de acuerdo para evitar chistes machistas, sugerirle al tío o primo que se le subieron las copas que deje de tomar, juntas podrían cambiar las dinámicas familiares.

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