Expertos de Planned Parenthood señalan que el sexo anal se refiere a la introducción del pene en el ano de la pareja sexual. Para muchos, esta práctica es muy placentera pero es necesario seguir algunos hábitos después de hacerlo, de lo contrario, podríamos sufrir complicaciones de salud. Debido a que la zona anal es muy delicada y al mismo tiempo puede tener bacterias peligrosas para otras zonas del cuerpo, debes asegurarte de cumplir con las siguientes recomendaciones siempre que disfrutes de esta erótica práctica.
Aunque cada vez más parejas disfrutan de “hacerlo por atrás”, los mitos al respecto persisten y pueden causar que lo llevemos a cabo de manera incorrecta o sin tomar en cuenta las precauciones necesarias posteriores. Por ello, aquí te decimos lo que deberías hacer siempre que tengas sexo anal.
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Hábitos después del sexo anal
¿Sabes lo que debes hacer después de disfrutar del sexo anal? No se trata solo de tener un momento de placer con la penetración por atrás, hay algunos consejos sencillos que debes seguir para cuidar de tu salud sin sacrificar la satisfacción. Toma nota.
1. Condón
Disfrutar de encuentros sexuales con sexo vaginal y anal es algo muy divertido y satisfactorio, pero asegúrate de cambiar de condón cada vez que pases de la penetración por atrás a otras zonas erógenas. Recuerda que en el ano se alojan residuos fecales y bacterias como la E.Coli que podrían causar infecciones importantes.
Tampoco olvides lavarte bien las manos antes de poner el nuevo condón y especialmente si realizaste estimulación anal directamente con los dedos o con juguetes sexuales. Los lubricantes tampoco pueden faltar, solo ten en cuenta que no todos son ideales para el sexo por atrás y que los que elijas deben ser compatibles con el látex para no romper los preservativos y ponerse en riesgo de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Evita lubricantes “caseros” como vaselina, crema o aceite para bebé.
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2. Evita duchas anales
Después de las practicas anales es muy importante tomar una ducha o al menos usar toallitas húmedas sin alcohol para limpiar la zona y eliminar residuos de fluidos sexuales y lubricantes. Ojo, un baño con agua y jabón neutro son suficientes, así que olvídate de las famosas duchas anales, pues podrían hacer más daño que bien. Si eres mujer, recuerda que debes limpiar de adelante hacia atrás para no esparcir las bacterias a la entrada vaginal.
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3. Cuidado con el sangrado
Pocos amantes del sexo anal lo saben, pero es ideal estar al pendiente del color de las heces fecales después de disfrutar de esta actividad, pues según la Dra. Afriye Amerson, experta en ginecología y obstetricia, nos pueden avisar si hay lesiones, pues recordemos que hay varios vasos capilares en el área del recto muy finas que con la penetración se pueden romper.
Mantente al pendiente para identificar posibles heces con un algo de sangrado y, sobre todo, no te aguantes las ganas de defecar solo porque piensas que te causará dolor. No pasa nada y es normal sangrar un poco, lo que sí debería alertarte para acudir con el médico es tener un sangrado demasiado abundante o dolor insoportable para evacuar, pues es señal de lesiones importantes.
El sexo anal podría tener algunos efectos, especialmente en los hombres, quienes de acuerdo con un estudio de la University of Alabama, podrían tener más riesgo de sufrir incontinencia fecal debido a las practicas anales. Pero no es pretexto para dejar de disfrutar, pues simplemente hay que darse el tiempo de practicar ejercicios de Kegel constantemente para fortalecer los músculos del suelo pélvico y también los que hay alrededor del esfínter anal para evitar esos inconvenientes.
(Con información de Mujer de 10 y revista Mujer)