Uno de los grandes peligros del amor romántico es creer en el mito de que el amor es irracional, creer que es una emoción que no puedes controlar y que por eso es válido “hacer locuras por amor”, o hacer sacrificios en nombre del amor.
Las creencias sobre el amor romántico no son innatos o naturales de las y los seres humanos, el enamoramiento es una emoción, una conducta y una actitud que se ve influenciada por aspectos sociales, culturales y biológicos, de acuerdo con autoras feministas.
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{"quote":"“Esta irracionalidad nos hace creer que no podemos remediar el estar enamoradas de alguien que nos trata mal o que no nos trata como deseamos”, dice Julia Didrikson, creadora de contenido feminista. "}
Según Julia, existe una cultura que reafirma los mitos del amor romántico con el objetivo de preservar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. De este modo, las expectativas sobre cómo deben ser las relaciones heterosexuales, son creencias que suelen ser violentas principalmente hacia las mujeres. Gracias a estas creencias, se ha preservado la idea de que el amor es sinónimo de locura, de no pensar bien y de irracionalidad.
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A esta falta de racionalidad la acompaña el sacrificio, los celos extremos , creencias peligrosas como que las mujeres somos la salvación de quienes son violentos; además como la creencia de que el amor es para toda la eternidad y por destino.
Tradicionalmente, la educación de las mujeres iba dirigida a desarrollar precisamente las cualidades necesarias para desarrollar los roles de esposa y madre. Estas cualidades incluyen cuidar el aspecto físico, mantener la belleza, la capacidad de seducir, el atractivo sexual, saber agradar y complacer con el objetivo de atraer y mantener la atención del hombre que debe satisfacer sus necesidades y dar sentido a la existencia de la mujer, de acuerdo con Belén Nogueiras, teórica feminista.
En ese sentido, el modelo de amor romántico que se nos propone como modelo cultural de amor a las mujeres a lo largo del proceso de socialización implica una renuncia personal, un olvido de nosotras mismas, una entrega total que potencian comportamientos de dependencia y sumisión al varón, según la autora.
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{"quote":"“Esta cultura romántica no nos enseña a tener un rol más activo con nuestros afectos o emociones. Nos dejamos llevar, nos guiamos por ‘lo que el corazón nos dicte’ y actuamos conforme a esa irracionalidad”, expresa la creadora de contenido. "}
Hay que entender que en este mundo gobernado por tantos mitos amorosos, que tienen el objetivo de seguir subordinando a las mujeres, “es necesario tomar el control de nuestros deseos, de nuestros sentimientos a través del autoconocimiento, la deconstrucción y el cuidado de nuestro corazón”, según Julia Didrikson. Es decir, hay que tomar la responsabilidad que le corresponde a cada persona sobre sus propias emociones, aprender sobre gestión emocional e identificar cuando hay algo que nos lastima.
{"quote":"“Todo esto no significa dejar de sentir o dejar de sentir intensamente el amor, sino sentir con más consiencia para tomar mejores decisiones sobre nuestra vida amorosa”, opina Julia Didrikson. "}
En ese sentido, el amor romántico asociado a la locura o a no pensar, es una idea que hay que cambiar para erradicar la normalización de la violencia contra las mujeres.