“¿Y si habláramos de mujeres de carne y hueso, no solo de heroínas o de mexicanas famosas distorsionadas detrás de mitos, escondidas tras velos almibarados y leyendas negras?”, pregunta Isabel Revuelta Poo en la introducción de “Hijas de la historia”, un libro que modifica la manera en que culturalmente se ha visto a las mujeres y las muestra como lo que fueron, mujeres de carne y hueso.
En entrevista para La cadera de Eva, Isabel Revuelta Poo nos cuenta sobre qué ha caracterizado a las pocas mujeres que históricamente se han reconocido y cómo se les ha descrito a partir de estereotipos, más allá de la determinación que tuvieron para tomar las decisiones por las que hoy son reconocidas:
“Hablar de, justamente, las mujeres que ni son famosas ni están detrás de ser una gran heroína, ni esa leyenda negra, porque hay muchos personajes que se distorsionan, se alejan de la realidad y, sobre todo, esa realidad que construimos todos. Las mujeres siempre desde nuestra cotidianidad hemos estado presentes en la historia”.
Para la escritura de su libro, Revuelta Poo, hizo una selección de 10 mujeres para narrar su vida de la mano con procesos históricos de los que formaron parte, pero desde una perspectiva más integral y alejada de las clasificaciones que se lan dado a estas mujeres. Por ejemplo, en el caso de La Corregidora, explica cómo su historia se ha contado a partir de que ella era la esposa del Corregidor y un tanto “la vieja chismosa que andaba ahí escuchando detrás de las puertas”, como si su participación en la independencia de México hubiera sido un mero asunto de ocurrencia, cuando en realidad ella estaba siendo la anfitriona de una conspiración.
¿Cómo se ha presentado a las mujeres en la historia?
En el artículo “Historia de las mujeres y agencia femenina: algunas consideraciones epistemológicas” (2018), la académica Rosa Elena Belvedresi se refiere a la historia como el resultado de la agencia humana, es decir, constituida –directa o indirectamente– por acciones y por diversos factores que conforman las condiciones en las que las personas se han desenvuelto. De esta manera explica lo complejo de la relación que las personas establecen con sus acciones y los contextos en los que se insertan, y acota que esto es todavía más especial cuando se trata de mujeres.
Esto nos lleva a la pregunta, ¿cuáles han sido los contextos que han determinado que algunas mujeres hayan decidido tomar iniciativa o reaccionar a lo largo de la historia?
En ese sentido, la académica explica cómo las mujeres han podido tomar acción a partir de los recursos a los que tienen acceso, de manera que estos configuran su capacidad y condiciones en las que pudieron participar. En algunos casos, incluso, han podido participar en un contexto diferente del que nacieron, por ejemplo, el caso de las mujeres que se han rebelado frente a mandatos sociales, como las sufragistas.
El escenario anterior conlleva que este tipo de mujeres sean vistas como heroínas y, de tal manera, destacas en la construcción de la historia, presentadas como extraordinarias, a pesar de que esto refuerza la condición normalizada de subordinación en el que han estado.
Mujeres históricas, ¿mujeres extraordinarias?
El carácter histórico de las mujeres fue descubierto por la historiografía y las ciencias sociales, explica Rosa Elena Belvedresi, y en este tipo de estudios a la condición femenina se le suman las variables sociales que acotan su contexto para participar en la vida pública. Pero, ¿de qué se ocupa la historia de las mujeres?
En la historia tradicional ha existido una tendencia en nombrar casos de mujeres “excepcionales”, pero esto ha sido a partir de una perspectiva que las individualiza en lugar de colocarlas bajo un entramado social que configuró sus vidas, así como todos los factores que permiten comprender por qué determinadas acciones han sido posibles en determinados momentos y no en otros. Un ejemplo de esto es el caso de Malintzin:
“La intervención de esta mujer políglota, ciertamente, fue definitiva en el triunfo de Cortés (…). No solo atestiguó el nacimiento de México como nación, sino que lo vivió en primera persona. Juzgarla con ojos de otros tiempos confunde los actos de su vida como una mujer de carne y hueso”, escribe Isabel Revuelta Poo en “Hijas de la historia”.
La autora explica que Malintzin no sospechaba los alcances de su existencia ni el tamaño de la oscura mitificación que se le daría como mujer traidora o vendepatrias, cuando en realidad, su encuentro con Hernán Cortés ha sido de los hechos más trascedentales de la historia de la Conquista y del mestizaje en México.
La historia que se ha contado de ella se trata de una versión distorsionada, que además ha sido narrada como “oficial”, nos cuenta Isabel Revuelta, y desde ahí se ha colocado a unos personajes en pedestales incalcanzables y a otros como villanos.
Las mujeres que construyeron a México
La visbilidad y ocupación de nuevos espacios por parte de mujeres en las narrativas no implica un rompimiento con los roles de género y los mandatos sociales que configuran su contexto, menciona Belvedresi. Esto explica por qué a pesar de que han sido mujeres quienes han liderado movimientos en contra de políticas que las excluyen, a la par, se siguen enfrentando a estereotipos que les asignan un lugar en lo doméstico y en los trabajos de reproducción.
A partir de lo anterior, hay una visibilización de la participación de mujeres en roles y espacios que históricamente han sido ocupados por hombres. En “Hijas de la historia”, Isabel Revuelta Poo narra la vida de 10 mujeres trascedentales para la construcción del México actual, pero no todas estas historias han sido reconocimientos, la autora menciona el caso de Antonieta Rivas Mercado, a quien describe como una mujer que se jugó la vida por la cultura, por no ser nada más mecenas, sino por ser una contemporánea que escribía poesía, teatro y ensayo; además de ser activista en la política y apoyar la campaña de José Vasconcelos.
“Antonieta me pega directamente porque puedo compartir con ella esos sueños y esa pasión por la cultura, esa infancia llena de arte, llena de sensibilidad”.
Las “Hijas de la historia” fueron mujeres vendidas como esclavas, consideradas santas o demonios, que reunieron mundos opuestos, conquistaron nuevas tierras y se hicieron pasar por hombres para levantar a su pueblo en armas. Son quienes cuestionaron los mandatos de sus épocas y decidieron cambiar el destino, por ello también son quienes construyeron a México.