Hoy en día, las mujeres que integran la fuerza laboral, muchas veces son madres que deben trabajar para poder satisfacer las necesidades básicas de sus hijas e hijos. Eso sumado a los cuidados, la crianza y trabajo del hogar, pero ¿cómo impacta a sus hijas e hijos que ellas trabajen?

En 2015, los resultados preliminares de un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard descubrieron que las hijas de mujeres trabajadoras eran adultas con mejor desempeño en sus carreras, a comparación de hijas con madres que se quedaban en el hogar.

Ahora, la profesora Kathleen McGinn, descubrió otros interesantes hallazgos; entre los más importantes, que las hijos e hijos de las madres trabajadoras son más felices al llegar su vida adulta.

{"quote":"“Las mujeres están socializadas para creer que las madres deben quedarse en casa con sus hijos, por lo que cuando te separas de tus hijos todos los días para trabajar, puede ser doloroso. A medida que comprendamos gradualmente que nuestros hijos no están sufriendo, espero que la culpa desaparezca”, mencina McGinn. "}

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COMPATIBILIDAD DEL TRABAJO, CRIANZA Y TRABAJO DEL HOGAR

Los resultados preliminares del estudio arrojaron que las hijas de mujeres trabajadoras desarrollan un sentido de autosuficiencia en su vida adulta, el tener un ejemplo a seguir, y son capaces de cargar con responsabilidades e incluso ellas mismas ser mujeres y madres trabajadoras, explica la Harvard Business School en su sitio web

“Tener una madre empleada hace que las hijas piensen que el empleo es compatible con la crianza de los hijos. Si en realidad estás observando a una madre empleada que maneja una vida compleja y maneja múltiples demandas (un trabajo, una familia, un hogar), ves que puede funcionar. Todo lo que sabemos sobre los modelos a seguir y el aprendizaje social sugiere que los niños están aprendiendo activamente habilidades para la vida de los adultos que los rodean”, informa la profesora McGinn.

El desarrollo de las hijas e hijos dependerá del contexto. Foto: pexels 

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El estudio aclara el tema de ser una mujer que es madre, jefa de familia y trabajadora, no sólo se trata de si “puede” o no hacer compatible la crianza con su trabajo. Dependiendo de las condiciones económicas, sociales y culturales en las que se encuentre, será el contexto y ambiente en el que sus hijas o hijos se desarrollen. 

En ese sentido,  no será la misma situación para una mujer que tenga una jornada de 12 horas en una empresa que requiera ir todos los días, que una mujer que haga trabajo en casa,  o la situación de una mujer que reciba el salario mínimo a una que recibe mayores ingresos. 


¿CÓMO IMPACTA TENER UNA MADRE TRABAJADORA?

El estudio comparó dos bases de datos, dando un total de 100 mil hombres y mujeres entrevistadas de 29 países, principalmente europeos. Se indagó cómo es que la vida laboral de la madre afecta o impacta en la vida adulta de sus hijos, en términos de cómo vivían las madres su vida laboral y el tiempo que pasaban en casa y cuidando de sus hijos.

En comparación con las mujeres cuyas madres se quedaron en casa tiempo completo, las mujeres criadas por una madre empleada tienen 1.21 veces más probabilidades de estar empleadas; 1.29 veces más probable que supervisen a otros en el trabajo; y pasan 44 minutos extra en sus trabajos cada semana.

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Sólo las hijas adultas, ven sus carreras influenciadas por el hecho de que sus madres trabajaran. Según la investigación, quizá esto se deba a que los hombres tienen mayores oportunidades de empleo, sin importar sus condiciones sociales o de crianza.

Los hijos varones de madres trabajadoras suelen ser más participativos en tareas del hogar. Foto: pexels 

De acuerdo con otras investigaciones, las ocupaciones y los ingresos de los hijas o hijos, muchas veces están ligadas al empleo de sus padres, explica Kathleen McGinn.

Los hijos varones pueden verse influidos de otras maneras, detalla la profesora; por ejemplo, pasan 50 minutos adicionales cada semana cuidando a los miembros de la familia, también tienen actitudes significativamente más igualitarias en cuestiones de equidad de género.

{"quote":"“Para las niñas, ver a otras madres empleadas puede tener algunos de los mismos efectos en las actitudes y habilidades. Para los niños, sus propias mamás y otras mujeres de la comunidad son complementos; cada uno refuerza al otro”, detalla la investigadora. "}

Finalmente, Kathleen McGinn espera que sus hallazgos animen a las mujeres a no sentir culpa por la forma como cuidan y crían a sus hijos si es que son madres trabajadoras. 

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