Rubén Castro rechaza el término “lactancia materna” y prefiere llamarlo “lactancia natural”, para que integren a las personas trans que tienen hijos sin ser mujeres.
En la actualidad, aún es necesario dar visibilidad a las personas trans, ya que, a pesar de que se han logrado importantes avances en cuanto a la garantía de sus derechos, todavía existen obstáculos para que sean integrados a la sociedad sin discriminación alguna.
Por ello, es importante conocer los distintos casos de personas trans que pueden cumplir finalmente su objetivo de tener la identidad que los representa, como es el caso del español Rubén Castro, de 29 años y quien nació como mujer.
El joven estudiante Educación Social sentía disconformidad y odio hacia su cuerpo, pero también sabía que siendo hombre no podría ser madre. Por ello tuvo que pensarlo bien antes de tomar una decisión, porque convertirse en madre, o padre ahora, siempre fue un sueño.
“He crecido creyéndome este mensaje de que sólo las mujeres podían gestar. Entonces pensaba que si mi deseo de llevar un embarazo era tan fuerte, yo no podía ser otra cosa que no fuera una mujer“, comentó, en conversación con Infobae.
Fue a los 22 años de edad que se enteró del caso de un hombre trans venezolano que pudo tener un hijo luego de su transición, por lo cual pensó que querría eso para él. “Le escribí y hablé con él, recuerdo que se me caían las lágrimas, como si me estuviera describiendo quién era yo realmente. Recuerdo que enseguida supe quién era yo, como ‘claro es que puedo también gestar y no ser una mujer’. Fue un despertar, ese momento en el que dices ‘ahora lo entiendo todo‘”, recordó.
“Podía gestar desde mi verdadera identidad de género“, añadió. Fue así como empezó a informarse sobre todo lo que demandaba el proceso de embarazo, sin dejar a un lado su transición a hombre. Sin embargo, también descubrió que se siente realmente una persona no binaria, porque al final no se identifica ni como mujer ni como hombre.
Antes de empezar sus tratamientos de testosterona, se aseguró de congelar sus óvulos para poder tener un hijo después, siendo hombre. “La otra decisión importante fue no operarme el pecho: definitivamente quería vivir la experiencia de la lactancia”, explicó.
“Este deseo de gestar ha sido tan fuerte que siempre me he sentido muy agradecido de tener este cuerpo que me iba a permitir hacerlo. Yo siempre pensaba ‘si hubiera sido un hombre cis no podría haber gestado, parido ni amamantado. Entonces para mí, más que un problema, era un alivio“, agregó.
El proceso de fecundación no fue sencillo, porque la testosterona que ya había en su cuerpo complicaba el embarazo. Fue hasta el quinto intento que finalmente logró embarazarse y cumplir uno de sus sueños. Sin embargo, los cambios en su cuerpo durante la lactancia no ha sido una buena etapa como esperaba.
“Ha sido más una tortura que un disfrute. Además, yo estaba en pleno posparto, uno está mucho más vulnerable. Si yo voy a pedir ayuda y me hablan de ‘lactancia materna’ y me tratan como a una mujer aunque mi documento diga Rubén, para mí no era un lugar seguro”, comentó.
Compartió que por el tratamiento hormonal, su producción de leche no era efectiva o como se esperaba. También evitó amamantar a su bebé en público por miedo a sufrir discriminación por ser hombre trans, sumado a los tabues sobre la lactancia.
“No lo hice por seguridad. Me daba miedo de que pudieran hacernos algo. Tampoco salí a la calle durante el final del embarazo“, dijo.
Ruben cree que debería sustituirse el término de lactancia materna por lactancia natural, porque no se sentía identificado con la maternidad. Luego de su bebé no necesitara más ser amamantado, dio paso una cirugía para eliminar sus mamas.
“Terminada la lactancia natural, es una parte de mi cuerpo que no me agrada y que ya no tiene una función a futuro“, expresó.